Así fue la epidemia que dio origen a la creación de las UCIs
Son lugares clave en la actual crisis por el coronavirus.
Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) son fundamentales para tratar
a los enfermos más graves y la principal preocupación de las
autoridades sanitarias es que no se colapsen. Estas unidades nacieron,
precisamente, por una pandemia.
En agosto de 1952, la poliomielitis causaba estragos en Dinamarca. El hospital Blegdam de Copenhague, con 500 camas, estaba desbordado.
Cada día ingresaban 50 personas infectadas, sobre todo niños, y cada
día, hasta 12 de ellas desarrollaban una insuficiencia respiratoria.
Pero entonces entró en juego Bjorn Aage Ibsen,
un anestesista que se había formado en Estados Unidos. Ibsen ideó un
sistema que probó por primera vez con una niña de 12 años, que se estaba
muriendo por la parálisis provocada por el virus de la poliomielitis.
Ibsen propuso un cambio radical en el tratamiento estándar: los pacientes con polio debían ser tratados de la misma manera
que los pacientes de cirugía. Solucionó la falta de respiradores con un
sistema consistente en introducir aire en los pulmones para expandirlos
y dejar que el cuerpo se relaje luego y exhalara por sí solo. Propuso
también el uso de la traqueotomía fuera de las salas de operaciones.
Gracias
a estas innovaciones, la niña sobrevivió. El problema es que la
introducción de aire en los enfermos era manual, y eso se resolvió
también organizando turnos de trabajadores. Habían nacido los cuidados intensivos.
La mortalidad de los pacientes con polio con insuficiencia respiratoria pasó del 87% al 31%.
Tras esta experiencia, los responsables médicos se dieron cuenta de que la especialización del personal, la organización de pacientes en salas específicas y la vigilancia constante eran claves en la recuperación.
En 1953, el hospital Blegdam abrió su primera UCI, idea que fue copiada en el resto del mundo.
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