sábado, 6 de agosto de 2016

Tiene cuatro años pero aparenta muchos más… ¡Es el auténtico Benjamin Button!

Viernes, 5 de agosto de 2016

Bayezid Hossain es un niño de cuatro años que vive a las afueras de Magura, en el sud de Bangladesh, aunque parezca que tiene muchos más debido a una extraña enfermedad. Lo que le provoca esta enfermedad es una inflamación de la cara, los ojos hundidos, la piel flácida, dolor en las articulaciones, dificultad para orinar y además tiene los dientes débiles y rotos.
Un doctor explicó hace un mes que cree que el niño sufre progeria, lo que provoca que el cuerpo envejezca ocho veces más que lo normal. Quienes la sufren normalmente mueren de ataques al corazón o de derrame cerebral a los 13 años aproximadamente. También aparenta que sufre cutis laxa, una afectación hereditaria o adquirida del tejido conectivo que se caracteriza por una piel arrugada, abundante y flácida.


Su madre de 18 años ha explicado lo siguiente: “Bayezid aprendió a caminar a los tres años, pero tenía todos los dientes a los tres meses. Su desarrollo físico es completamente anormal, pero mentalmente tiene una conversación maravillosa, consciente y es muy intuitivo a su edad”.


Cuando Bayezid nació en 2012, sus padres estaban destrozados ya que los doctores no sabían cómo tratarlo. “Estaba aterrada al verlo cuando nació. Solo era carne y huesos. Parecía un alien y fue desgarrador para mí. Los doctores no sabían qué hacer, dijeron que nunca habían visto a un bebé así. Nos avisaron de que no había nada que pudieran hacer”.


La gente de pueblo temía estar cerca del niño y ponían en duda la capacidad de la pareja como padres, ya que ambos son primos. Ahora viven en casa de los abuelos paternos del niño.


“Es muy terco y sabe lo que quiere, y es muy impaciente. Pero también es juguetón, avispado y hablador”. Con el paso del tiempo, los vecinos lo han apodado cariñosamente como “old man”. Bayezid no va a la escuela pero le encanta jugar con su pelota, dibujar e incluso romper sus juguetes para arreglarlos de nuevo.


La pareja ya ha gastado 4.000 libras desde que nació para ver diferentes doctores, pero ninguno ha sido capaz de encontrar un tratamiento. “Hemos estado en hospitales y santuarios y con faquires, chamanes…” explica el padre.


La pareja ya ha gastado 4.000 libras desde que nació para ver diferentes doctores, pero ninguno ha sido capaz de encontrar un tratamiento. “Hemos estado en hospitales y santuarios y con faquires, chamanes…” explica el padre.

 
“Su madre llora incontrolablemente todo el tiempo. Han pasado cuatro años y nada ha cambiado. Es muy doloroso ver que nuestro primer hijo sufre una enfermedad que no podemos tratar. Nos gustaría tener más hijos pero tenemos demasiado miedo. Nos sentimos muy indefensos. Como cualquier padre, queremos que nuestro bebé viva una larga y saludable vida, pero sentimos que solo nos puede salvar un milagro”.


 
 
 
 

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