Hablamos con Geertrui Cazaux, autora y activista belga, sobre el capacitismo y la relación que tiene este tipo de discriminación con otras opresiones, como el especismo o el sexismo
En el pasado, ocupó puestos de atención a jóvenes y como asesora de políticas para el gobierno de Flandes y ahora es editora de la plataforma Crip HumAnimal, desde la que aborda las interconexiones entre capacitismo y especismo. Desde hace un par de años, debido a una serie de enfermedades crónicas que padece, ya no puede trabajar a jornada completa, por lo que suele estar en su casa de campo cerca de Brujas, donde disfruta de la jardinería y de cuidar animales rescatados –ella y su pareja viven con 26 gallos y gallinas, varios gatos, tres burros y dos ovejas–, además de atender Crip HumAnimal y sus otros blogs, Graswortels y Brugesvegan. En ocasiones hace trabajo voluntario para organizaciones locales y puntualmente presenta ponencias en todo el mundo sobre los temas que estudia.
Hace unos meses, Cazaux acudió a Barcelona a impartir una de sus presentaciones, a la que El Salto tuvo acceso. A finales de mayo, la autora intervino como ponente clave en la sexta conferencia de la Asociación Europea de Estudios Críticos Animales (EACAS) que se celebró en la Universidad Pompeu Fabra. En su ponencia, una de las más comentadas del evento, la autora exploró, ante un auditorio completo, las interconexiones entre especismo y capacitismo, abordando también la falta de inclusividad en los movimientos de justicia social, concretamente en el entorno vegano.
Geertrui Cazaux impartiendo su charla en la conferencia de EACAS en Barcelona. Foto: Crip HumAnimal
Empecemos por lo básico: ¿qué es el capacitismo?
El capacitismo es una ideología: parte de un sistema de opresión. No debe verse simplemente como una práctica discriminatoria individual
Parece que el término capacitismo es menos conocido que otras palabras que hacen referencia a diferentes tipos de discriminación, como el racismo o el sexismo. Sin embargo, una investigación publicada hace poco afirmaba que los prejuicios hacia las personas con discapacidades aumentan con el tiempo. ¿A qué cree que se debe el desconocimiento de este tipo de exclusión?
El término utilizado en Bélgica para hablar de capacitismo es validisme. Este término es muchísimo menos conocido que los términos racismo o sexismo también aquí, y también se desconoce la lucha que busca justicia para las personas con discapacidades. Creo que una de las razones podría ser que el movimiento por los derechos de las personas con discapacidad –modelo de igualdad basado en los derechos, enfocado a obtener acceso igualitario– y más tarde el movimiento de justicia para la discapacidad —que revindica justicia e integridad para las personas con discapacidades— es bastante nuevo en comparación con el movimiento por los derechos civiles o el movimiento por los derechos de las mujeres.Las barreras físicas y económicas que crea la sociedad hacen que a menudo también sea mucho más difícil para estas personas alzar la voz y hacerse oír. Las personas con discapacidad han sido y siguen siendo excluidas del debate público, de la participación en la vida social y política.
Otra razón para su menor conocimiento es el compartimentalización de los movimientos de justicia: se lucha por separado por los derechos de las mujeres, por los derechos civiles, por los derechos de las personas con discapacidad... cuando todas estas opresiones están conectadas. Sin embargo, esa conexión y superposición a menudo se pasan por alto. Esto está cambiando poco a poco, ya que cada vez se habla más de interseccionalidad y cada vez más movimientos de justicia comienzan a tener la situación en su conjunto, una perspectiva más amplia.
Habla de dos modelos desde los que se ha abordado la discapacidad, uno médico y otro social. ¿Podría explicar las diferencias de ambos enfoques?
El modelo médico de la discapacidad fue la visión dominante sobre el tema en la era moderna hasta la década de 1970. La discapacidad era vista, en gran medida, como una tragedia personal. Las enfermedades o lesiones tenían que ser curadas con intervenciones médicas para que el individuo volviera a ser ‘normal’ o ‘lo más normal posible’. En el modelo médico, la atención se centraba en el individuo, que debía esforzarse, debía adaptarse a la sociedad; debía ‘sanar’.Esto se opone al modelo social de la discapacidad. Desde este punto de vista, la discapacidad es vista principalmente como algo causado por las barreras ambientales y sociales. La sociedad necesita proporcionar espacios e instalaciones accesibles, y si eso se da, las personas discapacitadas podrán participar plenamente en todos los aspectos de la sociedad.
Debido a que es la sociedad la que discapacita a las personas, les impide participar en la totalidad de los aspectos de la vida. Se puede decir claramente que las personas usuarias de sillas de ruedas no son discapacitadas por usar silla de ruedas, sino porque la sociedad sigue construyendo escaleras.
En línea con esto, hablemos de body shaming [avergonzar a alguien por su cuerpo] y health shaming [avergonzar a alguien por una aparente falta de salud].
Hacer body shaming consiste en criticar o burlarse de personas por su apariencia corporal. La mayoría de las veces consiste en avergonzar a alguien por su gordura, por tener un tamaño de cuerpo grande, aunque puede dirigirse a cualquier persona cuyo cuerpo no entre en lo que se considera un cuerpo 'normal' o 'bello'.Health shaming es juzgar los problemas de salud de alguien. Supuestamente, su mala salud sería culpa suya, deben haber hecho algo ‘mal’ para estar ‘así’: no comer bien, no hacer suficiente ejercicio, llevar un estilo de vida ‘malo’.
Desafortunadamente, el body shaming es muy común, incluso hay gordofobia en la comunidad vegana y en el movimiento por los derechos animales, y también se da mucho el health shaming. Por ejemplo, a menudo se representa estereotípicamente a las personas no veganas como gordas, y a las veganas como delgadas, y se señala a las personas veganas gordas por no ser buenos modelos a los que seguir para el movimiento [antiespecista]. Se atribuyen problemas de salud a no ser un 'buen' vegano, a no seguir la dieta correcta. Además, el veganismo se presenta con frecuencia como una cura milagrosa para todos los problemas de salud.
Es importante destacar que el veganismo no es una dieta. Ante todo, es un estilo de vida conectado a un movimiento de justicia. Y hay personas veganas de todos los tamaños. De media, las personas veganas tienen un índice de masa corporal más bajo, pero eso no significa que todas las personas veganas sean delgadas y que todas los que no son veganas sean gordas.
Del mismo modo que una dieta vegana no garantiza la pérdida de peso, tampoco es una cura definitiva contra el cáncer u otras enfermedades. Hay muchos otros factores, además de la dieta, que determinan la salud, además del estilo de vida: los factores ambientales —contaminación del aire, contaminación del agua, radiación— y la genética juegan un papel importante, y a menudo no hay un vínculo directo entre ninguno de estos factores y el estado de salud. No niego tampoco que una dieta vegana, especialmente una basada en alimentos integrales, pueda ser beneficiosa para la salud, pues es cierto que puede reducir el riesgo de muchas afecciones y enfermedades crónicas, como la diabetes de tipo 2, hipertensión y cierto tipo de cánceres.
Me gustaría enfatizar que deberíamos centrarnos en luchar por una justicia para todos, incluidos los animales, y no señalar a ciertas personas por su apariencia o culparlas por sus problemas de salud. No es efectivo y de hecho, puede ser contraproducente.
Da la impresión, sobre todo con el auge de redes sociales basadas en la imagen, de que hoy en día tenemos la obligación moral de ser y mostrarnos como personas con una apariencia ‘saludable’ concreta. Expertas como Melissa A. Fabello son conscientes de esta exigencia y van más allá, afirmando que la salud es una construcción social. ¿Considera que se trata de un constructo?
Creo que la discapacidad es, en gran medida, una construcción social, ya que es la sociedad la que ‘discapacita’ a las personas que tienen algún impedimento. Dicho esto, el impacto físico y psicológico de vivir con ciertas condiciones no se puede negar. Por tanto, la discapacidad es una realidad ontológica también.Tal vez, en cierta medida, la salud sea también una construcción social —sin negar el impacto físico y mental real que pueden tener ciertas enfermedades o afecciones—, ya que la sociedad ve aquellos cuerpos y mentes que encajan en la sociedad, que pueden producir, que no se salen de la línea, como cuerpos y mentes productivos ‘saludables’. Y cualquiera que no se ajuste a ese ideal concreto debido a parámetros físicos o mentales divergentes es tachado de desviado y poco saludable.
Creo que el foco fuerte puesto en la salud —en redes sociales, en presentarse como ‘saludable’— es parte del discurso neoliberal: cualquiera que no esté en condiciones de producir es una carga para la sociedad. Así que la gente quiere presentarse como 'en forma'. Esto contribuye también a un capacitismo internalizado.
Parece que cualquiera tiene derecho a criticar a alguien que no conoce por su apariencia y a dar consejos no solicitados —por ejemplo, en el caso de la gordofobia— con la excusa de preocuparse por la salud del otro. ¿Qué piensa al respecto de esto?
Es paradójico que en una época en la que el conocimiento científico está más al alcance de la mano que nunca, la pseudociencia y las noticias falsas parecen extenderse con más facilidad que antes. Encuentro divertido, aunque en realidad es frustrante, que personas que ni si quiera saben cómo pronunciar o escribir los nombres de mis enfermedades sean las más rápidas en ofrecerme sus consejos de salud para ‘curarme’, sin tener ningún tipo de base científica para lo que dicen.Si pienso en redes sociales y capacitismo, me vienen a la mente las imágenes de ‘porno inspiracional’ de las que habló en su presentación en Barcelona. ¿Podría explicar en qué consiste este tipo de publicaciones?
El ‘porno inspiracional’ [inspiration porn] es un término que acuñó la ya fallecida activista de discapacidad Stella Young. Se trata de una forma de describir a gente con discapacidades como inspiradoras solo o en parte sobre la base de su discapacidad. Cosifica a las personas con discapacidad. Los reduce a su discapacidad. Piense en memes de atletas con discapacidad, con el subtítulo ‘¿cuál es tu excusa?’.El porno inspiracional es problemático porque se está retratando la discapacidad como una especie de tragedia personal que la persona tiene que trabajar muy duro de forma individual para superar, y su discapacidad nunca se muestra como una parte perfectamente normal de la vida. Su discapacidad se utiliza como una especie de 'accesorio' para inspirar a las personas que tienen cuerpos capaces.
No quiero ser una inspiración para las demás porque tengo una enfermedad crónica y a veces uso una silla de ruedas. Quiero inspirar a través de mi activismo, porque lucho por la justicia. Temería que, por ejemplo, una foto mía en mi silla de ruedas se mostrase con un subtítulo como ‘¿cuál es tu excusa?’.
¿Qué hay del capacitismo interiorizado?
Se da cuando las personas con discapacidades piensan de sí mismas que no tienen ningún valor, que no son lo suficientemente buenas, que no tienen nada que aportar. El capacitismo interiorizado existe porque el sistema dominante les hace ‘interiorizar’ el capacitismo. Cuando constantemente estás escuchando el mensaje dominante en la sociedad de que las personas discapacitadas son ‘menos’, es difícil romper ese discurso, incluso para las propias personas discapacitadas, que a veces también incorporan y reproducen ese discurso excluyente.¿Y cuando se reprocha el consumo de medicamentos a las personas que necesitan tomarlos, sin olvidar los variados y graves problemas que conlleva la industria farmacéutica?
Hacer medication shaming es juzgar a las personas por su ingesta de medicamentos. Por ejemplo, debido a que algunas personas enfatizan la ‘curación natural’, ven las medicinas como ‘tóxicas’ o creen que solo siguiendo una dieta ‘correcta’ y saludable no habría necesidad de medicamentos. Luego está también el problema adicional de la experimentación animal de los medicamentos: hoy en día, todos los medicamentos son testados en animales porque es obligatorio por ley. Por supuesto, gran parte del consumo de medicamentos es muy problemático: cuestiones relacionadas con adicción, efectos secundarios, uso sin indicación médica... La industria farmacéutica tampoco es una institución filantrópica para nada, pues tiene un objetivo: vender tantos productos como sea posible y así obtener beneficio.Dicho esto, yo tomo medicación y si no fuera por esos medicamentos no estaría aquí hoy, haciendo el activismo que hago. Estoy en contra del uso de animales para la experimentación, y hago activismo para ponerle fin. Pero el hecho de que yo use o no medicinas desarrolladas con experimentación en animales no tiene ningún efecto sobre el requisito legal vigente para la elaboración de medicamentos. No es lo mismo que, por ejemplo, en el caso de los cosméticos, donde existe la opción de buscar alternativas, productos ‘libres de crueldad’.
Por cierto, el conocimiento médico no solo se basa en violaciones de los derechos de los animales; también se han realizado pruebas poco éticas en humanos. La ciencia médica siempre avanza en tiempos de guerra. Por supuesto, también estoy en contra de tales violaciones de los derechos humanos, pero no puedo deshacer esas pruebas que se hicieron en humanos en el pasado. Sin embargo, puedo hacer activismo para que dichas violaciones no se produzcan más, como hago en el caso de la experimentación animal.
Antes mencionaba la interseccionalidad, un concepto acuñado por la autora afroamericana Kimberlé Crenshaw, que se centra en dos ejes de opresión: el racismo y el sexismo. Háblenos sobre las intersecciones entre las diferentes discriminaciones y cómo encaja el capacitismo en todo esto.
Todos los diferentes ‘ismos’, como el racismo, el sexismo, el especismo y también el capacitismo, están conectados en un sistema de opresión, un sistema impulsado por el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Estas opresiones no solo están conectadas, también a veces intersectan. Todas operan del mismo modo y utilizan las mismas tácticas: de cosificación, animalización, devaluación, mediante la ‘alterización’ [introducción en la categoría de ‘el otro’] de las personas de color, mujeres, animales y personas con discapacidades.Por eso creo que no podemos separar la lucha por los derechos de los animales o la justicia animal de la lucha por los derechos humanos. Abordar una sola de esas opresiones, por ejemplo, el especismo, a través de la lucha por los derechos de los animales, al tiempo que aceptamos el sistema racista, sexista y excluyente de otros modos, no funcionará. Del mismo modo que luchar por la justicia humana sin tener en cuenta la difícil situación de los animales, y abordando el especismo, nunca servirá para desmantelar el sistema.
¿Le parece que hay sesgos de género dentro del capacitismo? ¿existe una doble discriminación en este sentido, cuando eres mujer y tienes una discapacidad?
Sí, existe una diferencia. Las mujeres con discapacidades, o las personas no binarias, no solo enfrentan discriminación y prejuicios por ser discapacitadas, sino también por no ser hombres. Las personas discapacitadas corren más riesgo de sufrir abusos físicos, sexuales, psicológicos y financieros, y de ser descuidadas. Y este es el caso especialmente para las mujeres, las personas de color, lesbianas o gays, mayores o pobres.
Geertrui saluda a unas vacas mientras pasea con su bicicleta
¿Podría hablar de su experiencia personal? ¿cómo es vivir y hacer activismo con una enfermedad crónica?
Tengo varias enfermedades autoinmunes y tengo dolor y otros problemas físicos y de movilidad. No solo me afecta físicamente, vivir con dolor crónico también tiene un impacto mental. Tengo dificultad para concentrarme y para pensar. Estoy crónicamente cansada. Es como llevar todo el rato una chaqueta de plomo.Lo que parece que muchas personas no entienden es que tener una enfermedad crónica no implica un estado constante de ‘estar enfermo’. Aunque en algunos aspectos mi enfermedad es progresiva, mi condición fluctúa, incluso a veces en el mismo día. Tener una enfermedad crónica no significa que pase todos los días en cama. Y esto lleva, a veces, a la incredulidad y a más prejuicios, obteniendo reacciones como “¿tienes una enfermedad crónica? ¿no puedes trabajar? ¿pero puedes montar en bicicleta? ¿puedes ir a un concierto? ¿puedes trabajar en tu jardín?”. Sí, a veces puedo hacer esas cosas, pero la mayoría de veces me lleva días recuperarme y necesito gestionar mi tiempo con cuidado.
Algo que es muy frustrante es la imprevisibilidad. Como nunca sé de antemano si voy a tener un buen día o un mal día, me resulta muy complicado hacer compromisos o quedar con gente. Por eso también es difícil el sistema tradicional de nueve a cinco, o trabajar con fechas de entrega finales. Los eventos sociales se hacen agotadores, física y psicológicamente. El activismo de calle, aunque algunos activistas parecen pensar que es la única forma auténtica o legítima de hacer activismo, simplemente no es para mí. Como activista, hago lo que creo que puedo hacer mejor: escribir y, ocasionalmente, impartir presentaciones.
Además, siento que ser una enferma crónica es como vivir a tiempo parcial. Hay la misma cantidad de horas cada día para todos, pero yo solo puedo usar una parte de esas horas en comparación con las personas sanas. Vivir con una enfermedad crónica también significa pasar muchas horas en terapia, visitar clínicas y esperar en salas de espera para las citas médicas.
¿Qué puede contarnos sobre las denominadas ‘microagresiones’? ¿Cómo de importante es el lenguaje que utilizamos en nuestro día a día?
El lenguaje capacitista es aquel en el que se usan palabras que devalúan a las personas que tienen una discapacidad. Es utilizar palabras asociadas con la discapacidad como insulto, como algo malo. Por ejemplo, utilizar estas palabras como insultos o en chistes: retrasado, cojo, loco, idiota, esquizo, autista, lisiado, etc. refuerza la idea de que las personas con discapacidad son, de algún modo, inferiores.Las microagresiones son comentarios o acciones que expresan sutilmente y, a menudo, inconsciente o involuntariamente, una actitud prejuiciosa hacia una persona o grupo marginado. Tomados de forma aislada, pueden no parecer tan ‘malos’, pero contribuyen a la objetificación, a la vergüenza, a la estereotipación y al control de los grupos marginados. Como usuaria ocasional de una silla de ruedas, ha habido gente que mueve mi silla sin mi consentimiento, que pretende controlar mi uso de mi permiso de estacionamiento para discapacitados, gente que atribuye mis síntomas a mi peso...
En la conferencia usted habló sobre los casos de la ‘mujer mono’ y el ‘hombre elefante’. Por favor, háblenos un poco sobre la animalización de las personas con discapacidad. ¿Cómo se relaciona el especismo con el capacitismo y el sexismo o el racismo en estos casos concretos?
La animalización es una de las técnicas empleadas para devaluar a 'los otros', ya se trate de personas de color, de mujeres, de homosexuales o de personas con una discapacidad. Por ejemplo, decir que una persona discapacitada ‘como un mono’. El estándar es el hombre blanco hetero de cuerpo capaz, y todo lo que se sale de ahí es una desviación del estándar. Al relegarlos al estado de ‘animales’, se les inferioriza, y a través de esa devaluación, se justifica su trato diferencial y su discriminación. Porque son ‘solo animales’.El especismo es en sí mismo un capacitismo, puesto que se trata de la discriminación de los otros animales porque no poseen ciertas capacidades
Estamos hablando de una conexión directa entre capacitismo y especismo. Entiendo que, según su visión, el especismo podría ser una forma de capacitismo, ¿he entendido bien?
El especismo es en sí mismo un capacitismo, puesto que se trata de la discriminación de los otros animales porque no poseen ciertas capacidades. A lo largo de la historia, varias capacidades han supuesto la línea que delimita el dar estatus moral a algunos y negarlo a otros: tener la capacidad de hablar, tener la capacidad de razonar, tener ojos que miran hacia adelante, caminar sobre dos piernas... Esto también tuvo implicaciones para los humanos que no poseen esas capacidades; quienes no pueden hablar, quienes no pueden ver, quienes no pueden razonar eran o aún son vistos como menos humanos. Las personas con discapacidad han sido vistas, incluso, como el eslabón perdido entre animales y humanos.¿Existe capacitismo dentro de los movimientos de justicia social?
Por desgracia sí. A pesar de que el movimiento de justicia social afirma trabajar en busca de la justicia y libertad para todo el mundo, muchos todavía pasan por alto el capacitismo y la lucha por la justicia para la discapacidad. Y también se pasa por alto el especismo y la lucha por la justicia animal.¿Considera que es importante la representación de personas con discapacidad o con enfermedades en los movimientos sociales? ¿Cree que hay una visibilización insuficiente? ¿Y qué hay de las condiciones o enfermedades que no se perciben a simple vista?
La representación de los grupos marginados siempre es importante. Ya se trate de mujeres, personas de color, queer, discapacitadas o marginadas por alguna otra cuestión. No representarlos en la cultura popular, o estar infrarrepresentados en la vida social y política, precisamente suma a su marginalización. Piensa en que casi no hay personas discapacitadas en películas, revistas o en televisión. Y cuando hay este tipo de papeles, a menudo son interpretados por un actor que tiene un cuerpo capaz. Las personas con discapacidad están invisibilizadas, como si no existiesen.Las personas discapacitadas están subrepresentadas también en el movimiento de justicia social, porque el capacitismo sigue siendo generalizado. Y muchos espacios de justicia social son simplemente inaccesibles para las personas con discapacidad.
Algunos defensores del movimiento por los derechos animales incluso abogan abiertamente por esta subrepresentación, alegando que las personas que hacen activismo por los animales deberían tener un aspecto ‘normal’, ‘atractivo’ y ‘saludable’ para difundir de manera más eficaz el mensaje vegano. “Los cuerpos viejos y discapacitados podrían asustar a la gente!”.
¿Qué podemos hacer para ser más inclusivos en nuestros activismos y en nuestro día a día?
Escuchad a los grupos marginados. Escuchad a las personas con discapacidad. Si es posible, que participen activamente en campañas dirigidas a sus pares, y, si es posible, que lideren las campañas ellos mismos. Aseguraos de que vuestras campañas y acciones sean accesibles. Proporcionad información sobre la accesibilidad de los eventos. Tened en cuenta que los diferentes tipos de activismo atraen más o menos a las diferentes personas y que el momento, el lugar y la ubicación concreta determinarán a quién impactas y quién puede acudir.Ojo, ser inclusivo es más que la ‘diversidad cosmética’. No porque algunas personas con discapacidad participen en un evento, o porque sean miembros de una organización, significa que el evento o la organización sean verdaderamente diversas o inclusivas. No utilicéis a las personas con discapacidad como meros símbolos en vuestras campañas.
Por otra parte, cuando escuchamos la palabra accesibilidad, la mayoría de la gente solo piensa en movilidad y, aún más concreto, accesibilidad en silla de ruedas. Pero hay mucho más. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, no todo el mundo puede escuchar podcasts o ver blogs, fotos. Por ejemplo, se pueden ofrecer descripciones de imágenes para las personas con discapacidad visual, añadir subtítulos y transcripciones a los vídeos. En los eventos, incluid una sala tranquila para las personas que no pueden sorportar los ruidos fuertes. Hay muchos consejos prácticos y varias listas de verificación de organizaciones de discapacitados que pueden consultarse, a quienes también se puede pedir consejo.
https://www.elsaltodiario.com/antiespecismo/Geertrui-Cazaux-capacitismo-especismo-EACAS?fbclid=IwAR1X0SXUr1w7Vp2qEQ6Az9BDBaoBlqETowEZt36kt-RS4APo54-bBzSMVDQ
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