miércoles, 31 de mayo de 2017

Los discapacitados se plantan y ya no quieren solidaridad

Exigen al Ayuntamiento que los establecimientos sean accesibles y entregan un sonrojante estudio en el que de 1.500 comercios del Centro, 910 no lo son



Llegan todos a la vez. Diecisiete en sus sillas de ruedas. Parecen colapsar la entrada de la Casona pero están atentos a que todos lo que quieren entrar y salir puedan hacerlo. Algún funcionario decide ir por un pasillo que hay junto a la Policía Local a la entrada para no importunar, pero no porque no hayan dejado un espacio para pasar, sino porque todos juntos, lo cierto es que llaman la atención. Van todos juntos en esta jornada precisamente para hacerse notar, para denunciar que no consiguen entrar ni a más ni menos que a 910 locales del Centro, de 1.500 analizados, que no son accesibles. Accesibilidad, una palabra archimanoseada, pero que en el fondo sólo significa una cosa: se les discrimina porque no se les deja entrar por sus propios medios y se cercena su libertad individual porque no pueden salir solos a la calle sin acompañante. Hay algunos comerciantes, cuentan enfadados, que les dicen que les ayudan a subir el escalón. Pero ellos no quieren, quieren ser independientes. Libres.

«¿Es que nadie lo entiende?», pregunta Toñi Colomo que llega acompañada de Genoveva Díaz, José Ramón López, Francisco Torres, Zosima Burgos, Inmaculada Moya, María José Román, Paco Torres, Rosa María González, Dolores Rubiales, Israel Codes, Gracia Acedo, Paco Cumpián, Iluminada García, Juan Antonio Pérez, Joaquín Ramírez y Alfredo de Pablos, que últimamente gusta de llamarse Anónimo de Pablos porque sólo quiere ayudar a que entre todos se cumplan sus objetivos de poder moverse libremente por la ciudad, pero desdeña el protagonismo.

Del Ayuntamiento de Málaga no hablan precisamente lindezas, y aseguran que los últimos 14 años el área de Accesibilidad sólo ha servido para que el resto de las áreas se despreocupe de sus responsabilidades y se lo endose a Accesibilidad, y a su vez ésta, no hacer nada para no darle problemas a las demás, como subrayan De Pablos y Toñi Colomo. «El área de Accesibilidad ha acabado siendo un estorbo. No queremos solidaridad, queremos nuestros derechos», añade ésta última. «¿Por qué tenemos que denunciar nosotros que hay establecimientos que no cumplen con la normativa?, pregunta enfadado Paco Cumpián. «Es nuestra vida diaria, nos encontramos que a veces no podemos ni entrar a comprar a un supermercado; no quiero depender de nadie, quiero ser libre», resume Genoveva Díaz.

Al Consistorio pueden entrar de forma muy cómoda por la rampa lateral que hay en el ala este, aunque luego hay entreplantas que no son accesibles. Por ejemplo, para entrar al grupo popular hay escaleras, y no hay ascensor disponible. Imposible. Del Teatro Cervantes, también cuentan que no da ejemplo porque en la entrada debiera tener una de las tres escalinatas accesible y no que ahora se tienen que ir a un lateral y dar voces para que te abran, como denuncia Gracia Acedo, que asegura que sólo pueden comprar entradas de palco y no de patio de butacas porque no hay sitio para ellos.

En el caso de los comercios, explican, ha habido una terrible involución justo a raíz de la ley Omnibús de 2009, por la que un establecimiento puede abrir sus puertas con una declaración responsable.» Esta ley está muy bien para otros países europeos que cumplen, pero los españoles tenemos la mentalidad de no hacer las cosas si no nos obligan y a raíz de esto, multitud de comercios no ponen rampas para que podamos acceder», subraya De Pablos.

Con las firmas de todos ellos, esta jornada quieren denunciar que Málaga no cumplirá la Ley 1/2013 de Derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, por el que todos los establecimientos españoles deberán ser accesibles para de diciembre de 2017. Le exigen al Ayuntamiento que no hagan dejación de funciones y se ponga las pilas ya. Que actúen de oficio. La falta de accesibilidad, como explican, no sólo la sufren ellos, la padecen los invidentes, los que tienen problemas cognitivos, los padres con cochecitos de bebés… Nunca nadie pensaría que un escalón es tan cruel, tan cruel que no les imposibilita llegar a donde están los demás. Les deja fuera.




http://www.diariosur.es/malaga-capital/201705/29/discapacitados-plantan-quieren-solidaridad-20170528181043.html?ns_campaign=rrss&ns_mchannel=boton&ns_fee=0&ns_source=fb&ns_linkname=malaga-capital

“Pasamos una hora y media olvidados en el interior del avión”

Miriam Herrero, vecina de Zaragoza con discapacidad, interpone una reclamación contra el aeropuerto de El Prat y la subcontrata Clece.

 

Miriam Herrero, durante un viaje a Budapest

La turolense Miriam Herrero volvía de vacaciones tras pasar unos días en Viena con una amiga, Ana Belén. Los hechos se remontan al pasado 12 de abril, cuando Herrero, usuaria de silla de ruedas eléctrica, aterrizaba en el aeropuerto de El Prat de Barcelona teniendo que esperar más de una hora junto otras dos pasajeras con movilidad reducida (PMR) a que llegase el personal de asistencia habitual en estos casos. “Llegamos a España con media hora de retraso sin que nadie nos diese explicación alguna”, afirma. Sin embargo, su periplo no había hecho más que empezar.

“El personal comenzó las labores de limpieza y nosotras seguíamos ahí. Pasamos una hora y media olvidadas en el interior del avión aunque nos insistían en que estaban en camino”, recuerda la Herrero, que presenta una discapacidad del 80% y un grado dos de dependencia reconocida por el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS).

Al tratarse de fechas complicadas –víspera de Semana Santa- y necesitar un taxi adaptado, la vecina de Zaragoza decidió dejarlo reservado antes de salir de Viena. “Además del retraso del vuelo, que tenía previsto llegar a las 20.00, el taxi me esperaba desde las 20.45 en la puerta. Me estaba llamando todo el tiempo para preguntarme dónde estaba”, recuerda. El gasto, incluyendo el desplazamiento al hotel, ascendió a 90 euros.

Además, había comprado el último billete de AVE disponible a Zaragoza para ese miércoles, el cual salía a las 21.50 de Barcelona. Tampoco llegó a cogerlo. “No solo tuve que pedirle a mi amiga que se quedase esa noche conmigo porque no puedo valerme por mi misma, sino que tuvimos que buscar un hotel adaptado a las 10 de la noche”, explica. El precio de la habitación ascendió a 157 euros.

Sin embargo, lejos de los costes económicos inesperados, en su opinión, lo peor de todo fue la reacción del personal del aeropuerto: “A pesar de lo ocurrido y de que una hora después seguíamos sentados dentro del avión, en ningún momento se ofrecieron a ayudarnos ni a gestionarnos nada”, critica. “Además, mis padres se habían desplazado de propio desde Torrecilla de Rebollar, en Teruel, donde al día siguiente teníamos un evento familiar al que por supuesto, tampoco llegué”, lamenta.

“¿Qué habría pasado si no hubiéramos dispuesto de medios económicos para buscarnos la vida en esa situación? Nos dejaron literalmente tiradas”, reivindica. Para más inri, al llegar a las cintas de equipaje–dos horas después que el resto de pasajeros de su vuelo- sus maletas seguían ahí, dando vueltas, “y la mía, estaba rota”, asevera.

La desagradable aventura le costó a la zaragozana más de 300 euros, sin contar con los daños surgidos de la situación y el malestar generado a las pasajeras. Por estos motivos, la aragonesa, licenciada en Derecho y abogada en activo, ha decidido interponer una reclamación tanto al aeropuerto de El Prat como contra la empresa Clece, subcontrata que realiza el Servicio Sin Barreras del aeropuerto. Tras poner la queja y hacer varias llamadas, Clece me ha ofrecido una indemnización de 247 euros que ni incluye dietas, ni daños y perjuicios, ni el hecho de que tuviésemos que gestionar todo por nuestra cuenta. Se han reído en mi cara”, destaca Herrero.

En su opinión, se trata de una cuestión de respeto. “Durante más de mes y medio solo recibo respuestas vagas y un trato nefasto. No solo se trata del desembolso económico, sino de la situación que vivimos ahí, olvidados en el interior del avión, sin que nadie nos diese una explicación de ningún tipo”, añade.

Un servicio deficitario

Dentro de los objetivos que persigue la zaragozana, asegura que también es una reivindicación por la mejora del ‘Servicio sin barreras’ que está prestando el aeropuerto a las personas con discapacidad, el mismo que “hace unos años era ejemplo para muchos aeropuertos del mundo y que debido al recorte de personal y a la falta de formación estamos pagando los propios usuarios”, asevera.

En cada vuelo, el mecanismo habitual para las personas con movilidad reducida es solicitar previamente un servicio de asistencia, en el que te facilitan una silla especial para viajar en avión, y te ayudan a pasar a tu silla tanto al llegar como al aterrizar. “Normalmente esperan a que bajen el resto de pasajeros”, indica Herrero.

“Fueron los propios trabajadores del servicio los que nos dijeron que había poco personal, a esas horas estaban 4 para todo el aeropuerto y tienen que hacer cada asistencia de dos en dos”, explica Herrero, quien asegura que este tipo de situaciones se suman a las dificultades añadidas que encuentra la gente de su colectivo para viajar, o para el simple hecho de subir un avión. “Todo son inconvenientes, algunas compañías no nos dejan ni viajar solos”, lamenta.

Heraldo.es se ha puesto en contacto con la empresa Clece para recabar su versión sobre lo denunciado por Miriam Herrero, y su respuesta ha sido que estaban estudiando el caso y que, de momento, no tenían nada que decir al respecto.


Parque de Las Torres



Las cuestas con demasiada inclinación y suelo deslizante están desprotegidas y necesitan barandillas ante una contingencia





Notaría de Santurtzi - Av.Murrieta, 2 - Santurzi


martes, 30 de mayo de 2017

Wheelchairs Low Cost




























Penalizado el mal uso de las tarjetas de estacionamiento para discapacitados

Movilidad recuerda que estos documentos son personales e intransferibles, y que la multa puede ascender a doscientos euros 

 


  • JUAN MARI ZUBIAURRE 

En los últimos meses, desde el departamento de Movilidad del Ayuntamiento de Zarautz se ha detectado el uso fraudulento de las tarjetas de estacionamiento para personas con discapacidad.

Hay que recordar que este tipo de tarjetas son personales e intransferibles, es decir, que la tarjeta se adjudica a la persona que tiene problemas de movilidad, y no a un vehículo. Por lo tanto, las tarjetas solo se pueden usar cuando la persona va dentro. En ningún caso la tarjeta podrá ser utilizada en un vehículo en el que no viaje el titular, ni por una persona que no sea la titular.

Desde el Ayuntamiento de Zarautz se quiere concienciar a los titulares de las tarjetas de estacionamiento para personas con discapacidad que hagan un buen uso de ellas, ya que todo uso fraudulento de las mismas va en contra del colectivo. La concejala de Movilidad, Maite Garrastazu (EAJ-PNV), denuncia el mal uso que se está dando a estas tarjetas por parte de algunos conductores en Zarautz, ya que, según explica la edil, «se ha detectado que el uso de estas tarjetas lo están realizando las personas que acompañan a los titulares de las mismas, estén en el vehículo o no. Es decir, que todo aquel que usa la tarjeta sin que el titular de la misma esté en el vehículo se está valiendo de los derechos de todo un colectivo».

Recordar, también, que los aparcamientos especiales para personas con movilidad reducida son espacios más amplios que las plazas normales de aparcamiento, para que, así, resulte más fácil para estas personas salir de sus vehículos. El estacionamiento en estas plazas está limitado a 24 horas y tienen que transcurrir 12 horas más hasta poder volver aparcar en ellas. 

Retirada de tarjeta y multa

En este sentido, la concejala de Movilidad ruega a las familias, amigos y personas cercanas a los titulares de las tarjetas de estacionamiento para personas con discapacidad que, cuando el titular no viaje con ellos, estacionen el vehículo en aparcamientos normales, dejando así libres las plazas de movilidad reducida para las personas que realmente las necesitan. «La Policía Municipal detecta continuamente vehículos con la tarjeta de estacionamiento para personas con discapacidad conducidos por personas que no son titulares de dichas tarjetas, aprovechando este distintivo para aparcar en las plazas reservadas para personas con movilidad reducida como si las plazas fuesen exclusivamente personales. Esto está penalizado con retirada de la tarjeta y una multa de hasta 200 euros. Desde el ayuntamiento estamos trabajando en un nuevo sistema para mejorar el control del uso fraudulento de estas tarjetas», anuncia Garrastazu.

Asimismo, la edil añade que se ha detectado también el mal uso de estas tarjetas en las zonas reguladas por la OTA. Poseer la tarjeta de estacionamiento para personas con discapacidad no da ningún derecho a aparcar en zonas reguladas por la OTA. Para tener derechos en las zonas reguladas por la OTA, se debe adquirir el correspondiente distintivo.

Y es que, la normativa de la OTA contempla solamente que todo aquel poseedor de la Tarjeta de Estacionamiento para personas con discapacidad y conductor de un vehículo, puede solicitar viñeta de la OTA en la cual tendrá una bonificación especial.

Todo esto traducido a números quiere decir que de las 470 tarjetas de minusválidos que hay en Zarautz, sólo 69 son titulares conductores de vehículos, y, por lo tanto, solo estos 69 pueden optar a la viñeta de la OTA, con bonificación especial. El resto de esas 470 personas, si quieren aparcar en las zonas reguladas por la OTA, deben de solicitar el distintivo como el resto de los y las zarauztarras.

Finalmente concluye aclarando que «cada tarjeta tiene sus derechos y condiciones, y tener la tarjeta de estacionamiento para personas con discapacidad no da derecho a aparcar en la zona regulada por la OTA, así como el distintivo de la OTA no da derecho a aparcar en las zonas especiales para personas con movilidad reducida».

 http://www.diariovasco.com/costa-urola/zarautz/201703/04/penalizado-tarjetas-estacionamiento-para-20170304005956-v.html

Perseguidxs


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