La ex-senadora Virginia Felipe "hizo" accesible el pleno del Senado gracias a sus reivindicaciones sobre los derechos de las personas con discapacidad
En enero de 2016, los focos se centraron en ella cuando prometió no volver a prestar juramento como representante del pueblo en una sala con barreras. Días después, la Mesa del Senado aprobó la adaptación de la Cámara para que sea totalmente accesible.
Además, ha ocupado otros cargos como colaboradora y embajadora de la Fundación Isabel Gremio, para la Investigación de distrofias musculares y otras enfermedades raras. También ha sido miembro del Comité de Apoyo de CERMI y modelo en desfiles de moda y ropa adaptada para sensibilizar a los diseñadores con diseños de Adolfo Domínguez, Amaya Arzuaga y Marta Espín.
No hemos querido perder la oportunidad de poder entrevistarla desde TODODISCA para reconocerle todo el esfuerzo y trabajo por mejorar los derechos y la vida de las personas con discapacidad durante su etapa como política.
¿Qué te llevó a la política?
En
2015 era Coordinadora en Castilla-La Mancha de la Federación Española
de Enfermedades Raras (FEDER) y me reuní con todos los grupos políticos
para trasladarles nuestras reivindicaciones y necesidades de cara a las
elecciones autonómicas y municipales. Posteriormente, Podemos CLM se
puso en contacto conmigo y me propuso que me presentase a sus primarias.
Aunque nunca he militado en partidos políticos, siempre he estado
comprometida con causas sociales, especialmente con los derechos de las
personas con discapacidad, y éste era otro paso más en ese compromiso.
Por eso, decidí presentarme como independiente, ya que siendo mujer con
discapacidad, quería contribuir a dar visibilidad desde una imagen
positiva a la diversidad de la diferencia, como reflejo de una sociedad
inclusiva, con oportunidades para todos, también en las instituciones.
Saliste, ¿qué fue lo primero que hiciste como Senadora?
Cuando
llegué al Senado me encontré con muchas barreras de todo tipo para las
personas con discapacidad y empecé a reivindicar que fuese plenamente
accesible. De hecho, en la Sesión Constitutiva de la XI Legislatura del
Senado, celebrada en el Salón de Sesiones, acaté la Constitución
prometiendo que no volvería a prestar juramento como representante del
pueblo en una sala con barreras donde no se hagan efectivos los derechos
de todas las personas. Y lo cumplí.
Precisamente, el vídeo de esa promesa fue difundido por Todo Disca, alcanzando millones de reproducciones en pocas horas.
¿Están preparadas las instituciones para que haya políticos con discapacidad?
Aún
queda mucho por hacer, ya que los plazos legales han vencido sin que se
cumplan las condiciones de accesibilidad y no discriminación. No puede
ser que en el siglo XXI, en un país moderno como es España, las
instituciones, donde se estudian y debaten leyes, incluidas las que
reconocen nuestros derechos, no sean plenamente accesibles para todas
las personas: sin accesibilidad no hay derechos. Y las
personas con discapacidad tenemos los mismos derechos que las demás,
incluido el de participar en la vida política y pública en igualdad de
condiciones, tal y como recoge la Constitución Española y la Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Por ello, no hay que esperar a que las personas con discapacidad
entremos en las instituciones para empezar a hacer que éstas sean
accesibles, sino que deben serlo con anterioridad, ya que, además, la
accesibilidad hace que haya ventajas funcionales para todos.
¿Cuáles fueron tus mejores propuestas?
Todas
son igual de importantes, ya que todos y cada uno de los derechos y
libertades recogidos en la Convención están interrelacionados, son
interdependientes y ninguno de ellos puede entenderse sin los demás. En
consecuencia, todos deben hacerse reales y efectivos, puesto que la
vulneración de cualquiera de ellos constituye una discriminación que
atenta contra la dignidad y el valor inherentes del ser humano.
Y para empezar, era necesario que el
Senado tuviese un espacio propio desde el que garantizar que el conjunto
de normas vigentes, en elaboración y futuras de nuestro Ordenamiento
Jurídico protejan y aseguren todos nuestros derechos y no vulneren
ninguno de ellos, adaptándolo al modelo de Derechos Humanos. Por eso
propuse la creación de la Comisión para las Políticas Integrales de la
Discapacidad con carácter Permanente y Legislativo.
¿Un momento malo?
Cada
vez que no podía ejercer mi trabajo en igualdad de condiciones que los
demás. Pero lo pasé especialmente mal cuando la Mesa del Senado acordó
anular el voto realizado como ajuste razonable (de conformidad con la
Convención, las Observaciones Generales de su Comité y la Ley General de
derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social) a
través de mi asistente personal y amonestarme. Permíteme que profundice
en este hecho.
Si no pude llegar antes al Hemiciclo fue debido a que en esa planta no
hay un baño adaptado a mis necesidades (con camilla), y me veía en la
obligación de acudir al que se encuentra en el edificio de los
despachos. Esta falta de accesibilidad supone una situación de
desigualdad en comparación con el resto de Senadores ─que pueden usar
los baños existentes en la planta del Hemiciclo, a pocos metros del
mismo─, provocando una demora con todo lo que ello conlleva, ya que para
llegar hasta dicho baño debo atravesar la zona conocida como ‘M-30’;
coger un ascensor y bajar a la planta de Bailén; coger otro ascensor
para subir hasta la planta del Hemiciclo; recorrer un pasillo; y coger
un tercer ascensor hasta la 4ª planta donde se hallan los despachos y el
baño con la camilla que necesito.
También hay que tener en cuenta que me
desplazo en mi silla de ruedas a una velocidad menor que la de los demás
Senadores, por lo que necesito más tiempo; y que una vez en el baño, y a
causa de mi patología, necesito más tiempo que los demás y contar con
la ayuda de mis asistentes personales.
Cuando
mi asistente personal entra en el Hemiciclo, le comunica al Ujier que
estoy a punto de llegar y que me esperen. El Ujier responde que no; que
debe cerrar la puerta, procediendo a hacerlo de forma inmediata. Unos
segundos después, llego a la puerta del Hemiciclo, que se encuentra
cerrada.
Cabe señalar que algo más de
un mes antes había asistido en sustitución de una compañera a la sesión
de la Comisión Mixta para las relaciones con el Tribunal de Cuentas en
el Congreso de los Diputados, y que por indicación de la Letrada de la
Mesa, ante la falta de accesibilidad del escaño y el sistema de votación
del mismo, fue mi asistente personal quien efectuó las votaciones.
Además, el Reglamento del Senado no recoge que mi asistente personal
pueda votar como ajuste razonable únicamente en caso de que yo me
encuentre presente.
Hay mucho
desconocimiento sobre las personas con discapacidad y nuestros derechos,
y la toma de conciencia es un aspecto fundamental en el que hay que
trabajar.
¿Cuál será tu actividad ahora?
Todavía
no me he planteado nada en concreto porque ahora debo cuidarme. Pero,
como dije antes, siempre he estado comprometida con causas sociales,
especialmente con los derechos de las personas con discapacidad, y en
este sentido seguiré poniendo mi granito de arena para lograr un mundo
donde se respete la diferencia, sin prejuicios, discriminaciones ni
barreras, en el que las generaciones futuras no tengan que dedicar gran
parte de su vida a luchar contra todos los obstáculos que nos
encontramos para conseguir que nuestros derechos se hagan efectivos.
Espero que la vida me permita seguir dando lo mejor de mí y que
sirva positivamente para la humanidad. En definitiva, dejar una bonita
huella.
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