domingo, 7 de febrero de 2021

Indiferencia

 

Indiferencia.

No es mi intención banalizar o tomar a la ligera los diferentes estados depresivos o de ansiedad que la pandemia está causando en la sociedad en general.

Ahora bien, no es menos cierto que hay un colectivo que está totalmente ausente e ignorado no sólo por los responsables políticos sino por los medios de comunicación en la situación que estamos viviendo. Sólo se denuncian casos muy puntuales que despiertan más el morbo informativo que el derecho a la justicia, la dignidad y la igualdad.

Me refiero por supuesto al de las Personas con Discapacidad o Diversidad Funcional.

Cuando oigo a psicólogos a través de conferencias en radio , televisión y RRSS dar consejos saludables para nuestro estado mental, jamás, y escucho bastante, jamás se ponen de manifiesto las graves y múltiples dificultades de estas personas, muchísimo más acentuadas en este año.

Dicen los entendidos :

1. Salgan a pasear. ¿Cómo salen a la calle las personas que están prisioneras en sus propias casas porque sus edificios carecen de un ascensor que ni las autoridades ni sus solidarios vecinos toman iniciativa alguna para que disfruten del derecho de igualdad de oportunidades?

¿Cómo salen a pasear las personas ciegas o con baja visión por unas aceras llenas de obstáculos que tienen que ir sorteando o dependiendo de que algún ciudadano, que además cree que está haciendo un acto de caridad, se los retire?

2. ¿Cómo le explica una madre a un hijo o hija con TEA que no se puede salir al parque ni ir a ver a sus abuelos?

3. ¿Cómo se puede comunicar una persona con discapacidad auditiva con las mascarillas usuales si su comprensión es a través de la lectura de labios ¿Dónde están las adecuadas para ellas? ¿En las farmacias?

4. ¿Cómo es la vida en estos difíciles momentos de una persona con discapacidad cognitiva?

5. ¿Cómo se atiende a todo este colectivo en una Atención Primaria que diagnostica y prescribe por teléfono?

Ni una sola de estas cuestiones se plantean nunca como tema de debate en los mass media.

Y es que la discapacidad ni vende ni interesa ni es colectivo de moda.

Como siempre he pecado de realista, no creo que ni esta pandemia ni ninguna otra nos salve ni nos mejore.

La condición humana es la que es y sólo nos queda la bendita Utopía de pelear para ir ganando batallas por la dignidad y los derechos humanos aunque sigamos perdiendo la guerra.

María José Ramos Mesa

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