Andrés Benzal, cantante del grupo santurtziarra Mi Dulce Geisha, ha fallecido esta madrugada tras convivir más de dos décadas con una enfermedad rara
Esta madrugada se ha apagado una de las voces más reivindicativas de la Margen Izquierda. Andrés Benzal, el vocalista y creador del grupo de hard-rock Mi Dulce Geisha, ha fallecido con tan solo 43 años, dejando huérfanos a una legión de seguidores y a sus amigos, que lloran la marcha de «un titán, un luchador nato», quien supo convivir durante más de dos décadas con una enfermedad rara.
Una distrofia muscular progresiva que no le impidió disfrutar de la vida, sobre todo de la música, una de sus grandes pasiones. «Nos ha demostrado cómo desde una silla de ruedas se puede hacer todo y ser feliz. Con su grupo ha tocado en muchas discotecas y en salas como Bilborock», declara Iñaki Blanco, presidente de ADISA, Asociación de Discapacitados de Santurtzi a la que Benzal pertenecía, y a la que tantas veces ayudó, al igual que a otros colectivos, organizando conciertos benéficos y solidarios.
Reivindicativo por naturaleza, siempre tuvo claro que en ningún momento iba a bajar los brazos en su constante lucha contra la enfermedad que comenzó a limitarle siendo un adolescente. «Hundirte es lo más sencillo, yo elegí lo más difícil, plantarle cara a la enfermedad», declaraba hace unos años a este periódico. Para él la palabra barrera no existía en el diccionario. Una lección de vida que se llevan todos los que le rodearon, entre ellos Javi Acosta, bajista de Mi Dulce Geisha, con quien dio su último concierto en marzo, en Portugalete, uno de los que estuvo a su lado hasta su último suspiro.
«Ha sido inesperado. Estuvimos con él anteayer, ya estaba con máscara y no pudimos hablar. Estamos destrozados. Ha sido un titán, un luchador contra viento y marea. Todas las limitaciones que tenía se las saltaba por encima. Se ha ido enseñándole el dedo a la muerte. Ha vivido como ha querido y ha hecho lo que ha querido. Ha luchado por todo, y siempre ayudando a la gente. Era muy buena persona», afirma su compañero, quien asegura que el grupo seguirá. «Era su petición, que esto continuara sin él. Su ama Paquita nos lo dijo ayer y ya solo por eso merece la pena».
Homenaje
Aún sin haber digerido la noticia, los componentes de la formación creada por Benzal planean ya brindarle un homenaje «multitudinario», en el que varias bandas le rindan tributo. A buen seguro que les costará cerrar el cartel ya que desde que se dio a conocer el fallecimiento de este santurtziarra de adopción (llegó siendo un niño de Murcia, debido al trabajo de su padre), han sido numerosas las formaciones que se han mostrado devastadas por esta pérdida. «No nos salen las palabras», afirmaba Parabellum en las redes sociales. «Ganas de vivir, dignidad, humor y apoyo constante. Buen rollo. La entereza ante la vida y la enfermedad y la muerte. Un ejemplo», escribía Manu, uno de los integrantes de Porco Bravo.
En la localidad marinera Andrés Benzal cumplió el sueño de tocar en las fiestas de El Carmen, en el escenario principal, en 2017, el concierto que recordaba con más cariño. Allí había culminado una de sus mayores propuestas, la de ser ejemplo para otros muchos discapacitados. «Quería estar encima de un escenario para normalizarlo, para que no fuera algo fuera de lo común. Si sueñas con ello, hazlo, consíguelo, que nadie te corte las alas nunca», afirmaba en su última entrevista concedida a EL CORREO.
Santurtzi llora la pérdida de una persona que ha dejado poso en el pueblo, hijo único de Sito y Paquita, amante del sol y los paseos. En julio hizo una de sus últimas excursiones, a Zarautz. Además de la música, el cine era otra de sus pasiones. Realizó varios cortos y se irá sin ver el último proyectado en el Santurtzine, un documental sobre la vida con la poleo de Iñaki Blanco y otros afectados. Un luchador incansable hasta el final.
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