Andoni Moreno
Un preso de la conciencia ajena
Se ha puesto de moda en las ciudades, con una orografía un poco
peculiar, el facilitar la vida de sus ciudadanos poniendo rampas,
escaleras mecánicas y ascensores. Eso está muy bien, pues cada día hay
mas personas mayores y con problemas variados que se benefician de estos
artilugios en su vida diaria.
Lo que me indigna es que se dedican grandes partidas de dinero para
esto, y luego se escatime en cosas tan simples como el rebajar un
escalón.
Si, habéis acertado, soy usuario de silla de ruedas, y mientras me
alegro por la comodidad de los demás, sufro la prisión que es para mí
(como otros muchos compañeros) un simple escalón. ¿Qué exagero?, por un
simple escalón en el portal no se puede salir a la calle, por un
simple escalón no puedo cruzar un paso de peatones, no puedo tomar un
café en un bar, comprar ropa o comida, no puedo entrar en
establecimientos públicos ni privados, etc., etc... ¡Los que andan en
silla saben de lo que hablo!
No se que criterios se utilizan para acometer este tipo de obras,
pero me consta que no se prima la calidad humana, pues lo que es para
unos una ayuda o accesorio, para otros es un imposible (Un escalón es
una cárcel para nosotros).
http://blogs.periodistadigital.com/sillaruedas.php/2009/08/26/rampas-escaleras-mecanicas-y-ascensores
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