lunes, 3 de mayo de 2010

SOBERBIA

Os dicen que han abierto un local, preparado con muchísimo gusto y con las últimas novedades. Después de tanto oír sus grandes virtudes, decidís ir a visitarlo, pero cuando intentáis entrar os topáis con una puerta tabicada con ladrillos que impide la entrada. ¡Surrealista!, pues no, es más común de lo que pensáis.

Todos los días vemos alguno de estos despropósitos en portales (hacen el hall del portal con una rampa estupenda con unos balaustres de lujo y luego dejan el escalón de entrada. O hacen el rebaje en el lado de la hoja de puerta que queda fija); locales comerciales (arreglan el interior de forma extraordinaria, pero dejan el escalón o hacen una rampa con demasiada pendiente de forma que no entran ni los discapacitados ni los “andantes”); los pasos de peatones (hacen un rebaje en un extremo y dejan el contrario con un escalón de aupa); las aceras (con una estética estupenda pero ponen señalizaciones de tráfico en mitad, u otros artefactos, como contenedores, y las dejan impracticables), etc., etc., etc.…

Lo peor de todo esto, es que el fallo lo consienten personas que cobran por ello (llamados técnicos), y la connivencia de los políticos que miran para otro lado (menos cuando hay elecciones prometiendo remedio y luego se les olvida) que no aceptan la opinión de esos indocumentados usuarios en silla de ruedas, “Que sabrán ellos”

Todo esto viene a cuento de que los discapacitados día si, y día también, hacen reclamaciones o denuncias de establecimiento que abren las puertas, incumpliendo las leyes de accesibilidad ¡pero como quién oye llover!

Hace unos meses viendo la reforma de un establecimiento, además de tipo sanitario, solicitamos que antes de concederle el permiso de apertura se contemplasen las normas de accesibilidad, pues bien, el establecimiento está abierto, y ante nuestra insistencia y el posicionamiento a su favor de técnicos nada imparciales, nos comunican que posee un baño adaptado y un salva escaleras (que todos los discapacitados cuestionamos), pero lo mas importante de todo y por lo cual nos tildan de intransigentes es que justo ante la entrada, y antes de la puerta, hay un escalón que es imposible salvar con una silla de ruedas. “Pero qué sabremos nosotros”

Mirad los establecimientos abiertos recientemente (ya no digo todos, ni los ya abiertos anteriormente) Y eso que tenemos unas leyes de accesibilidad con el mismo rango que las de anti-incendios o salubridad ¡SACAD CONCLUSIONES!


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