Tiene parálisis cerebral y llena teatros con monólogos que, entre carcajadas y reflexión, ayudan a normalizar la discapacidad con chistes de sí mismo
¿Cómo empezó a concienciar sobre la normalización de la discapacidad entre risas?
Empecé haciendo un monologo para Reyes para la familia y poco a poco. Un día mi padre me preguntó por qué no probaba a explicarlo a la sociedad, porque podía comunicar muchas cosas que no podía hacer. Pensé que la discapacidad era un buen tema y nadie lo utilizaba y me lancé. Vi que en el canal de Youtube tenia buena acogida.
Ya ha tenido becas y premios.
Como persona que se busca la vida un poco, estaba buscando por internet emprendeduría y encontré el programa Atípics, que consistía en seis meses de acompañamiento de mentores y tutores y además al final había un demo para mostrar el mundo lo que habías evolucionado. Hace un año que terminamos y estoy en fase de venta. Estás llenando teatros. Sí, los medios me están dando visibilidad, tengo que agradecerlo. La visibilidad es muy buena para nuestro colectivo. Somos más de medio millón de personas con discapacidad y a veces da la sensación no de que seamos invisibles, porque se ha avanzado mucho pero no se nos ve. ¿Cuántos discapacitados hay presentando un programa de televisión? Hace falta que se nos vea más.
Usted hace de altavoz de la discapacidad.
Muchas veces cuando voy a sitios donde puedo convivir con personas con discapacidad que por cualquier razón no tienen la suerte de poder comunicarse con el humor con el que yo lo hago me piden que les haga de altavoz, que reivindique lo nuestro. En ese sentido estoy muy contento de que personas que conozco poco o que no conozco de nada hablen de mi trabajo. Yo trabajo para que la distancia entre las personas con discapacidad y personas sin discapacidad se reduzca.
¿Cómo reacciona quienes le escuchan?
En un primer momento parece que se preguntan si pueden reírse o no, pero en cuanto suelto cuatro o cinco bromas entonces entienden el rollo del monólogo y empiezan a reírse. A veces a la gente, reírse de la discapacidad le da cosa, no saben si reírse o no, pero como yo me he reído de mí mismo yo lo facilito bastante.
Se ríen con usted.
Es reír a conciencia. Muchas veces lo digo. Hay que reír pensando, caramba, esto que está contando este chaval me ha pasado, he aparcado en una plaza reservada a discapacitados, ya no lo voy a hacer más. Todo esto explicado con gracia puede llegar un pelín más a la gente.
Temas de configuración cerebral, por ejemplo. Yo siempre cuento que mis neuronas se fueron a tomar un café y nunca han vuelto o que están de fiesta o temas de deporte que practicado o de autonomía personal, como puede ser vestirse. Me he reído de que me sale todo al revés. Es verdad. Cuando yo me visto muchas veces hay que volver a vestirse. Hay que vestirse dos veces, la primera para ponérselo del revés y la segunda para ponerlo del derecho. Hago conferencias en institutos convencido de que muchas personas no tratan bien a los discapacitados porque no saben cómo hacerlo, porque no ha tenido ninguno cerca.
¿Cómo reaccionan los más pequeños?
Explicaré una anécdota que me ocurrió en un Casal de Esoltes. Mientras preparaba el micrófono un chico que debía tener seis o siete años le dijo a otro ‘Tengo una catana para inmovilizarlo si se pone agresivo’. Me giré y le pregunté a mi padre si el niño había dicho lo que yo había oído y él me dijo que sí. Cuando acabé el de la catana me dijo que al principio le había dado un poco miedo pero que después vio que yo era uno de los suyos.
Me han preguntado cuántas sillas tengo como si yo tuviera una para cada día de la semana. Sorprende cuando explico que ha recogido patatas o participado en una carrera en bici de 25 kilómetros de varios días y que monto a caballo.
¿En qué otras aventuras ha participado?
He hecho surf y básquet y ahora juego al rugby. Los límites están al final donde uno se los quiere y puede poner. Yo siempre he visto el deporte como una forma de sacar la frustración o la mala leche que puedo tener yo con la sociedad o conmigo mucho. A mí el deporte me ha ayudado mucho. A muchas personas con discapacidad les vendría bien saber que se puede hacer deporte pero como no se visibiliza porque es minoritario si no lo buscas es muy complicado verlo. Hacía surf con gente paralímpica y claro, la gente paralímpica va a toda leche porque están acostumbrados a moverse así y yo con mis problemas, con mis espasticidades me encontré que no podía ir tan rápido y a veces me presentaba a desayunar con parte de la ropa puesta del revés. Fue una experiencia.
La gente relaciona muchas veces parálisis cerebral con gente inmóvil en la cama. Y hay muchos tipos de parálisis.
En sus conferencias habla con mucho cariño del director de la escuela de Fonollosa.
Él quiso tratarme como a los demás. Me dijo tú puedes. Y si tocaba recoger patatas había que cogerlas y como mis padres ya me habían inculcado todo esto desde pequeño, al final yo lo viví como una normalidad. Cuando salté al instituto me encontré con la realidad, que es dura. Los profesores no saben como tratarte. Los chicos por estar en la edad complicada no saben ni les interesa acercarse. Dije basta. Me centré en aprobar las asignaturas y poca cosa más.
Sus padres deben ser excepcionales al forzarle a encontrar esta independencia que con más protección no habría conseguido
Los ha descrito perfectamente. Son dos personas que nunca han buscado ni buscarán la lagrimita. A mi hermano y a mí nos han puesto al mismo nivel, algo que les agradezco un montón. Es verdad que me han prestado alguna atención más, pero hay lo que hay y no lo podemos esconder. Ellos se han buscado la vida, porque no les ha sido fácil. Fueron a contracorriente con la escuela.
Una vez llamé a un restaurante reservé para cuatro y dije que uno iba en silla de ruedas. Me dijeron que éramos tres y una silla. Yo les respondí que éramos cuatro y uno de ellos en silla de ruedas. Yo la silla la llevo en el culo, no en la cabeza. Iba a pagar igual. Otra situación es la de muchos baños para discapacitados. Algunos están bien, pero te puedes encontrar dentro la contabilidad del establecimiento productos de limpieza o las taquillas de los empleados. Puedes estar dentro y llegar un empleado a buscar su teléfono.
¿Qué le aporta su proyecto?
Estoy aportando un valor añadido, hablo de la discapacidad desde alguien que la tiene. Me da mucha risa cuando vienen expertos que se han leído muchos libros sobre la discapacidad y dicen cómo se tiene que tratar a los discapacitados Te comentan qué hacer pero no lo han vivido. No pueden conectar con la audiencia o los alumnos como lo hago yo que les explico cuestiones que me han pasado.
https://www.lavanguardia.com/local/lleida/20190124/453784288118/marc-buxaderas-discapacidad-monologos-entrevista.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario