Hace
unos días se aprobó en el pleno de nuestro ayuntamiento, el inicio
de estudio de la posible demanda de Asistencia
Personal (AP)
y la gestión de dicho recurso por los mismos usuarios creando una
Oficina
de Vida Independiente (OVI).
Creo
que el paso que toca dar ahora es, explicar “¿qué es cada cosa y
en qué consiste?” intentaré hacerlo a grandes rasgos.
La
Asistencia Personal es contratar a una persona para ayudar en las
necesidades diarias a otra que por motivos físicos, sensoriales,
intelectuales o psíquicos no lo puede hacer por si misma,
favoreciendo así la Vida Independiente de esta.
Este
asistente-a es buscada y preparada por el usuario-a, ya que sólo él
o ella saben que características debe reunir (carnet de conducir,
escribir a máquina, lengua de signos o braille, …). El usuario
busca y adapta al profesional a si mismo y a su vida, no al revés
que es lo habitual pero no por eso, lo mejor.
No
es aconsejable convertir en AP a un familiar porque este es un
recurso cuya principal intención es “dar poder” a la persona con
diversidad funcional (discapacidad), precisamente por la relación
afectiva existente, no va a darse una toma libre de decisiones y con
ella la asunción de errores correspondiente; el familiar-ap se va a
encontrar siempre con el derecho de decidir o por lo menos a opinar
“lo que es mejor para él o ella”. Estamos hablando de
“independencia” no de autonomía o de cuidados, aunque un ap
tenga que ejercer en muchos momentos esas tareas, no debemos
confundir los roles.
Además
“¿quién
despide a un hermano-a o a un marido o una esposa?”.
Estamos hablando de una figura laboral de la que queremos un pleno
reconocimiento, por tanto conlleva todos los “pros” y “contra”
de cualquier empleo y hablamos también, de unos “empresarios”
que
por la educación recibida tanto ellos como su entorno se ven y son
tratados como “vulnerables” (lo son tanto como la sociedad quiere
que lo sean) con la asistencia personal dejan de serlo “tomando
ellos el control de sus vidas”. Es por ello, por lo que se
establece la necesidad de creación de la OVI, en la que ellos y
ellas mediante la cooperación mutua gestionan sus horas de
asistencia y la bolsa creada por los usuarios y usuarias de
asistentes personales.
Esto
es, habrá personas que necesiten más horas y otras menos, y al
mismo tiempo hay que garantizar las horas de empleo necesarias para
que los asistentes tengan un sueldo digno y solventar temas como
vacaciones, bajas o despidos; estas contingencias son las se tienen
que dar solución al ponerlas en común dentro de la OVI y por
supuesto, siempre se puede contar con el asesoramiento de las demás
Oficinas de Vida Independiente que hay en España como de la
Federación de Vida Independiente (FEVI).
Con
las Oficinas de Vida Independiente se garantiza que todo el dinero
que se invierta en asistencia va para ello, no hay gastos superfluos.
Como
dice el dicho: “Yo
me lo guiso, yo me lo como”.
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