Yo soy mujer, nací en el 87, la discapacidad no tardó en llegar, se puede decir, que ya recién nacida, los supuestos profesionales, me discriminaron, si ellos hubiesen actuado como médicos, la enfermedad no hubiese afectado a mi cerebro, la discapacidad jamás me hubiese visitado, o la secuela, hubiese sido tan pequeña, que apenas se hubiese notado.
A pesar de esa condición, sigo siendo mujer. Mi infancia la verdad, tuve suerte, en una de las escuelas me discriminaron, pero con seis años, llegué a donde pasé mi primaria. La escuela no estaba muy adaptada, pero el personal desde el primer día me trataron como una más, intentaron facilitarme todo, para seguir las clases con normalidad, incluso se preocuparon de mi rehabilitación.
En la secundaria fue más o menos igual, el problema en mi adolescencia eran las amistades, que a esas edades nadie quería responsabilidades, la que le tocaba sufrir era a mí.
La siguiente discriminación que sufrí, fue a la hora de trabajar, o ya antes cuando tuve que hacer las prácticas de lo que estudié, fue en el hospital de mi pueblo, no me quisieron en esa necesidad, menos para trabajar, como allí muchos lugares más, me discriminaron por mi discapacidad.
Mi mayoría de edad, hubo una de cal y una de arena, logré la libertad, con mi silla de motor, al fin no dependía de nadie para salir, logré un trabajo para personas con discapacidad, pero a la misma inició una nueva y dura etapa, el acoso sexual, que por fortuna no llegó a mas, pero el terror se te mete en el cuerpo, ya no puedes hacer más, no fueron uno, ni dos… fueron bastantes más, cincuentones que me acosaban, ya que yo siempre sola he ido, no importaba si estaba trabajando o dando un paseo, no eran desconocidos, como se dicen en las leyendas, eran vecinos del barrio, clientes de mi trabajo, que poco les importaba que era más de treinta años menor… ellos solo querían mi cuerpo, e hacerme daño.
- Un vecino del barrio: Este pasaba de los 60 años, yo recién cumplía los 18, pues un día me acorralo, me besó en la mejilla (porque giré la cabeza) Una noche llegó a mi casa a buscarme, para llevarme, dios sabe dónde, con que intenciones, pero no es necesario, ser un Einstein, para averiguarlo.
- Un cuidador del centro de verano: Sí, sí el estaba a cargo de chicas con discapacidad, que no podían hablar, eso él lo aprovechaba para tocarlas. A mi también me tocó.
- 2 clientes: Uno de ellos, me declaró que nadie me iba amar, que él me daría y yo le daría y nos divertiríamos los dos. El otro, me abrazaba y besaba sin consentimiento ninguno, cuando llegó el que ahora es mi esposo, la cosa fue a peor, miradas pervertidas, amenazas, acorralamiento… solo estaba esperando la ocasión para atacar.
Discriminada, desconfiada en mi propia zona de confort, y por niños, parece mentira ¿verdad? Pues sí, acosándome en mi ventana, y reírse a carcajada, ya que yo no podía hacer nada. Hablemos con sus padres, con la policía, nadie hace nada… ¿Qué hacer ya?
Acosada por un perro, si, también he sufrido este tipo de acoso, en un principio era divertido, pero cuando ya se te engancha, a tu silla, a tus piernas, que por más que tú sigues para adelante, él sigue pegado a ti, y no puedes hacer nada, lo divertido se transforma en horror, como si un hombre como los que tanto lo han intentado estuvieran ahí acabando el trabajo empezado. La gente solo hace que reír, cuando tu suplicas, que alejen de ti a ese perro.
Luego tú eres el malo, tú pagas los platos rotos, cuando te tomas la justicia de tu mano, pero ¿qué otra nos queda? Si los que
Pero volviendo la discriminación global de las personas con discapacidad, yo he tenido suerte en estos puntos, la educación, el trabajo, la sexualidad, pero existen demasiados, que no conocen la inclusión, son tachados, solo por ser personas. Muchos hablan de inclusión, pero muchos más afirman que son brutalmente discriminados o violentados de la siguiente manera:
- Físicamente.
- Psicológicamente.
- Sexualmente.
- Moralmente.
Este es solo un testimonio de una mujer con discapacidad, hay miles que no son escuchados, que son ignorados por esta sociedad, miles por escuchar e intentar ayudar ¿Lo vas a intentar o para otro lado vas a mirar? Piensa que si eliges la segunda opción, serás tan responsable, como el que hace la crueldad
http://disgoo.com/blogs/sexualidad/la-violencia-que-recibimos-las-personas-con-discapacidad
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