Nikki ha hablado sobre cómo el cáncer de mama es una enfermedad muy sexualizada,
y encontró que mucha gente le hablaba sobre su cuerpo de una manera que
resultaba muy deshumanizada y desconectada de lo que realmente estaba
experimentando:
Desafortunadamente, empecé a experimentar una sexualización abierta de mi enfermedad que no había anticipado. Inmediatamente después de haber hecho público mi diagnóstico y hacer compartido un vídeo sobre el tema en mi muro de Facebook, empecé a recibir mensajes que decían cosas como “esos eran mi segundo par de pechos favorito de Philadelphia”.Le llevó algún tiempo a Nikki volver a un lugar en el que podía volver a sentir que su cuerpo era suyo otra vez. A través de una organización llamada P.ink que ayuda a las supervivientes del cáncer de mama a ponerse en contacto con artistas del tatuaje especializados en cubrir cicatrices, encontró a Holly Feneht, propietaria de The Gilded Lily. Al final se pusieron de acuerdo en algo floral, con un pez, porque Nikki es piscis.
La gente me preguntaba abiertamente cómo iba a llevar al reconstrucción incluso antes de haber tomado esa decisión. Un tío me pregunto qué talla iba a ponerme, e intenté contestar con franqueza diciéndole que probablemente la misma.
“Buena elección”, me dijo, y luego señaló a mis pechos llenos-de-cáncer, a-punto-de-ser-quitados, y añadió, “Quiero decir, *buena elección*.”
Me sentía como si mi cuerpo estuviera en el taller de cortado incluso antes de ir a cirugía. Me dijeron que podría, al menos, hacer algún tipo de porno fetichista, lo cual sugería que mi cuerpo posterior a la mastectomía sería para minorías, sería otra cosa, ya no sería apto para el consumo.
No es que quisiera que volviera mi cuerpo anterior a la mastectomía —ahora que estoy empezando a ver la luz estoy agradecida por las cosas buenas que incluso las experiencias más terribles pueden aportarte— solo quiero que el cuerpo que tengo pueda sentirlo como mío
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