El Día Mundial de la Poliomielitis fue establecido por el Rotary International hace más de una década para conmemorar el nacimiento de Jonas Salk,
que dirigió el primer equipo para desarrollar una vacuna contra la
poliomielitis. El uso de esta vacuna de poliovirus inactivado y el uso
generalizado subsiguiente de la antipoliomielítica oral, desarrollada
por Albert Sabin, llevó a la creación de la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis (GPEI) en 1988. Desde entonces, la GPEI ha reducido la polio en todo el mundo en un 99%.
Sin embargo, en 2012, la transmisión del poliovirus salvaje autóctono continuó en tres países: Nigeria, Afganistán y Pakistán. En abril de 2012, la Asamblea Mundial de la Salud declaró la finalización de erradicación de la polio una emergencia programática para la salud pública mundial. Organización Mundial de la Salud
Sin embargo, en 2012, la transmisión del poliovirus salvaje autóctono continuó en tres países: Nigeria, Afganistán y Pakistán. En abril de 2012, la Asamblea Mundial de la Salud declaró la finalización de erradicación de la polio una emergencia programática para la salud pública mundial. Organización Mundial de la Salud
Sólo los que acumulan un buen número de años guardan en su memoria las
imágenes de jóvenes tullidos que arrastraban con dificultad por calles y
plazas de nuestra geografía sus cuerpos al cabo de de los cuales unas
piernas extremadamente debilitadas y deformes permitían siquiera andar y
desplazarse en condiciones lamentables. Numerosos afectados estuvieron
mucho tiempo conectados dentro de aparatosos pulmones de acero que les
permitieron en el mejor de los casos seguir viviendo. Y los que se
quedaron en camino, no tuvieron la oportunidad siquiera de sufrir la
enfermedad. Murieron sin remisión y sin poder ser tratados.
La poliomielitis o parálisis infantil, como se la conocía, tuvo su punto
álgido en la década de los 50 y en España, a diferencia del resto de
países occidentales también en el primer tercio de los 60. Tres virus,
poliovirus, eran los responsables de una pandemia mundial que
evolucionaba por brotes epidémicos afectando sobre todo a los más
jóvenes y en especial a los más desfavorecidos. Un poco de fiebre y
malestar, unas diarreas y pérdida de fuerza en las piernas o brazos eran
el inicio. Algunos se agravaban hasta acabar en el mejor de los casos
como dije antes en el pulmón de acero y otros muchos morían incluso sin
diagnóstico preciso.
Los afectados iban perdiendo fuerza en los miembros inferiores hasta
quedar, en muchos de ellos, casi inservibles los pies y piernas, que con
el tiempo debían ser paliados con largas sesiones de fisioterapia y
operaciones para tratar de enmendar los problemas que surgían, miembros
retorcidos, acortados … pero sobre todo debilitados. Y a partir de ahí
empleo de bastones, piezas ortopédicas, sillas de rueda y una vida en
inferioridad de circunstancias en un mundo que exigía que para ocupar un
puesto, en todos los ambientes de la vida, desde los juegos a la
empresa, el afectado debía demostrar que podía hacerlo y si no… “a otra
cosa mariposa”.
El hecho de que el presidente de los EEUU F.D. Roosvelt fuera un afectado por la polio, facilitó la implicación del gigante americano invirtiendo enormes sumas
en investigación y así en 1955 Salk puso en marcha una vacuna efectiva
que empezó a minimizar el problema, hasta que en 1963 se autorizó la
vacuna trivalente de Sabin que permitió que con campañas nacionales e
internacionales y la dedicación solidaria de organismos públicos y
privados (Fundación Gates, Rotary Club, Ongs varias), la polio esté a
punto de pasar a ser la segunda enfermedad erradicada sobre el planeta,
tras la viruela. Persisten tres países en los que aún hay algunos casos
aislados.
Pero la polio, aun habiendo sido erradicada de casi todo el mundo,
España incluida, no ha dejado de ser un problema. Los afectados en su
día y que sobrevivieron a sus efectos, cuarenta años después suman a las
consecuencias lógicas de una vida de sufrimiento y degradación superior
a la del resto de mortales, un nuevo azote en forma de agravamiento de
aquellos síntomas pasados antaño más nuevos síntomas y signos de los que
se tienen indicios sobre su mecanismo de producción pero apenas
certezas, lo que dificulta el adecuado manejo de la problemática de esta
nueva situación para los casi 20 millones de afectados de la polio que
hay en el mundo pues, entre un 20 a un 80% de ellos padecerán el nuevo
azote llamado Síndrome Post Polio que precisa de estudios urgentes que
conduzcan a medidas satisfactorias para paliar el declinar, ya de por sí
desfavorecido, de los sobrevivientes de la polio.
(Autor del presente artículo, José Andrés Salazar Agulló. Médico
de Familia, afectado de Polio y Síndrome Post Polio y miembro de la
comunidad parroquial de San Juan de la Cruz)
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