Richard L. Bruno - Nancy M. Frick - Jesse Cohen
SUMARIO
La neurohistopatología post-mortem de 158 individuos que habían
contraído la polio antes de 1950 que documentan lesiones inducidas por
el virus de la polio en la formación reticular, hipotalámica, talámica, y
en las neuronas en el cerebro. Se halló que esta polioencefalitis
sucedía en todos los casos de poliomielitis, incluso en aquellos sin
evidencia de daño en las neuronas motoras espinales. Estos hallazgos, en
combinación con los datos de 1990 de la National Post-Polio Survey y
nuevos estudios de resonancia magnética que documentan lesiones
similares a post-encefalitis en los cerebros de los supervivientes de la
polio, son usados para presentar hipótesis de lesiones de
polioencefalitis: el envejecimiento del sistema de activación reticular y
las neuronas monoaminergicas son responsables de la fatiga post-polio, y
las neuronas productoras de encefalinas son las responsables de la
hipersensibilidad al dolor en los supervivientes de la polio.
También se presentan hipótesis de que la acción antimetabólica de los
glucocorticoides sobre las neuronas dañadas por la polio,
metabólicamente vulnerables es la responsable de la fatiga y debilidad
muscular señalada por los supervivientes de la polio durante un stress
emocional. También se presentan sugerencias para el tratamiento de la
Secuela Post-Polio basadas en estas hipótesis.
POLIOENCEFALITIS,ESTRÉS Y ETIOLOGÍA DE LA SECUELA POSTPOLIO
"A pesar de la mucha evidencia que se opone a tal punto de vista, al
menos parece ser la impresión popular que la única lesión
sintomáticamente importante al sistema nervioso asociada con la
poliomielitis es la disminución de los grupos de neuronas motoras". Esta
afirmación hecha en 1948 sigue siendo una descripción precisa de la
corriente de pensamiento sobre la patofisiología de la poliomielitis.
Incluso, tan temprano como el año 1884, los clínicos relacionaban los
síntomas de la polio no sólo con las neuronas de la médula espinal, sino
con las lesiones cerebrales producidas por el virus de la polio. Hoy
hemos de volver la mirada a los estudios desarrollados durante las
epidemias de la polio y mirar más allá del (anterior horn) si queremos
comprender completamente la etiología de la Secuela Post-Polio (SPP)
(Post-Polio Syndrome o Síndrome Post-Polio).
El propósito de este
informe es presentar los datos neurohistopatológicos recogidos durante
las epidemias de la polio y los nuevos hallazgos radiográficos para
describir la localización y extensión del daño producido por el virus en
el cerebro, usar estos hallazgos en combinación con los datos de 1990
National Post-Polio Survey para formular hipótesis sobre la etiología de
los síntomas de fatiga, dolor, debilidad muscular y estrés inducidos
por el Post-polio, y sugerir tratamientos para el SPP basados en estas
hipótesis.
POLIOENCEFALITIS Y LESIONES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL (CNS)
Los estudios más incisivos y perspicaces sobre la actividad
supraespinal del virus de la polio, son los realizados por David Bodian.
Hace 50 años Bodian realizó histopatología en primates inferiores
experimentalmente inoculados con el virus de la polio y en humanos a
quienes se les realizó la autopsia, tras una poliomielitis, para
identificar la puerta de entrada del virus de la polio.
Para
hacerlo Bodian hizo un mapa de las lesiones causadas por el virus desde
la médula espinal hasta el córtex. Sus hallazgos revelaron que el virus
de la polio no era una 'bala de plata' apuntada sólo a las (anterior
horn motor neurons), sino que el virus causó lesiones dispersas aunque
ubicadas consistentemente por todo el sistema nervioso central (CNS).
Concluyó que la poliomielitis era actualmente una (afterthought =
ocurrencia tardía) del virus de la polio, siendo el cerebro el primer
sitio de actividad viral y lesiones neuronales: "Toda la evidencia
disponible muestra de manera concluyente que todo caso de poliomielitis,
humana o experimental, muestra lesiones cerebrales.
En los
animales experimentales esto incluye tanto casos no-paralíticos y
abortados, como casos paralíticos. Algunos animales con poliomielitis
no-paralítica no tienen lesiones en la medula espinal, pero tienen una
distribución característica de lesiones cerebrales. Asimismo parece que
en todos los casos de poliomielitis... existe una encefalitis tanto si
los síntomas están presentes como si no lo están. Las lesiones
neuronales e inflamatorias pueden encontrarse regularmente en cualquier
centro susceptible... en individuos que nunca han mostrado síntomas. En
lo que se refiere a la (phatologist), todos los casos de poliomielitis
son (encephalitic).
Bodian y otros investigadores documentaron,
de manera consistente, lesiones inducidas por el virus en ciertas áreas
del cerebro, mientras notaban la consistente ausencia de lesiones en
otras áreas: 'pueden ser más o menos graves (según los casos), pero la
distribución de las lesiones en centros susceptibles varía muy poco'.
La tabla 1 contiene una lista de la frecuencia y gravedad de las
lesiones cerebrales observadas en las autopsias de 158 pacientes
poliomielíticos. Se vio que los (brain stem centers = centro cerebrales
(stem = tubo, tallo, tronco)) estaban 'involucrados incluso en casos
benignos'. Ya en 1933 Guizetti dijo que 'sólo un área queda siempre
gravemente alterada, la llamada substantia reticularis.' Bodian comprobó
que la 'substantia reticularis', o formación reticular, estaba profunda
y completamente salpicada con lesiones descritas como 'muy comunes y
con frecuencia graves'.
Otros investigadores documentan también
estas frecuentes y graves lesiones con Luhan describiendo la formación
reticular como 'la más uniformemente involucrada' en el centro cerebral
que sigue a la infección de la polio. Moviéndose dorsalmente en el tallo
cerebral, el (roof nuclei) vestibular y cerebelar se comprobó que eran
los centros siguientes gravemente afectados.
Es importante notar
la aseveración de Bodian, de que 'en los pacientes que no tenían signos
bulbares, y en los que la muerte se debió a ...complicaciones no
relacionadas con la infección poliomielítica, hallamos ...que los únicos
centros que mostraban un daño severo y consistente eran la formación
reticular y el núcleo vestibular'. Parece que el daño en estás zonas fue
consecuencia de todas las infecciones de polio independientemente de su
gravedad y sucedían 'tanto si los síntomas (clínicos) estaban presentes
o no'. Moviéndose (rostrally = rostradamente (adj. Que remata en una
punta semejante al pico del pájaro o al espolón de la nave), el centro
siguiente más severamente afectado se halló que era el (periaquiductal
gray) cuyas neuronas han sido más recientemente identificadas como
produciendo la (opioid enkephalin peptide).
También se comprobó
que otras (stem neurones) cerebrales que producen neurotransmisores
estaban dañadas por el virus de la polio. El 'locus ceruleus', centro
del origen de las fibras (noradrenergic), declaró Luhan ser el centro
cerebral 'más duramente golpeado' por el virus de la polio. Varios
estudios encontraron que la substantia nigra productora de dopamina
estaba afectada, como lo estaba el (serotonergic median raphe nuclei).
También se halló que el núcleo hipotalámico estaba afectado, incluso en
algunos casos con lesiones 'graves'. Bodian documentó lesiones en el
núcleo paraventricular y en el área preóptica, mientras Luhan documentó
lesiones hipotalámicas que el supuso que eran más graves en las regiones
posteriores.
También se notaron lesiones en el núcleo talámico
lateral, medio y (midline = línea media) y en el núcleo septal. Las
lesiones corticales, aunque frecuentes y graves, se limitaban sólo a las
áreas motoras y premotoras. Es importante notar que todas las otras
áreas corticales no estaban afectadas por el virus de la polio. Por
ejemplo, aun cuando eran inoculados directamente en el córtex occipital,
el virus de la polio era incapaz de infectar estas neuronas no-motoras.
La incapacidad del virus de la polio para dañar otras regiones
corticales, dejaba intacto los procesos cognoscitivos de alto nivel,
permitiendo a los supervivientes de la polio alcanzar niveles de
realización social, educacional y profesional mucho más alto que los de
la población general.
RESONANCIA MAGNÉTICA DE LAS LESIONES POLIOENCEFÁLICAS
En un intento por documentar las lesiones polioencefálicas en los
supervivientes de la polio paralítica, se realizaron resonancias
magnéticas a 12 individuos. En el 92 % de los sujetos se observó materia
blanca con alarmantes características de (glosis) post-encefálica.
Lesiones similares sólo pueden observarse en un 1 ó 2 % de los controles
comparativos con la edad. Las lesiones de la materia gris en la
formación reticular o en el núcleo talámico lateral se observaron en el
17 % de los estudiados.
La persona con lesiones en la formación
reticular informó de la fatiga más severa en esta serie, fatiga que la
había forzado a dejar de trabajar y a aceptar la pensión de incapacidad
de la Seguridad Social. Datos adicionales están siendo recogidos para
documentar la relación entre la localización de las lesiones cerebrales y
la fatiga Post-Polio (SPP).
Sin embargo, estos datos
preliminares apoyan los hallazgos histopatológicos de polioencefalitis
en la polio paralítica no fatal y son evidencia de daño producido por
inducción del virus de la polio en la formación reticular y en las
neuronas del tálamo. La relativamente baja incidencia en la detección de
lesiones en la materia gris y la alta frecuencia de lesiones en la
materia blanca requiere una explicación. Primero, a causa de la
resolución limitada de la resonancia magnética, la posibilidad de
visualizar lesiones en la materia gris queda restringida a aquellos
casos en los que existen áreas de destrucción neuronal claramente
delineadas y (gliosis) mayor de 1 mm, de diámetro.
Incluso de la
formación reticular extensamente dañada, decimos que tiene lesiones muy
esparcidas por todos lados más que estar predominantemente compuestas
por discretas áreas extensas de destrucción'. Bodian informó sólo de
unos pocos casos en los que las lesiones podían verse 'tan grandes como
de 1 ó 3 mm, de diámetro'. Segundo, no todas las neuronas con evidencia
de lesiones en los estados agudos y post-agudos están destruidas por el
virus de la polio.
Bodian sugiere que aproximadamente el 50 % de
las neuronas motoras infectadas por el virus de la polio quedan
destruidas. Por eso, a causa de la dispersión y del pequeño tamaño de
las áreas de destrucción neuronal y del porcentaje de neuronas
destruidas por el virus de la polio, pueden ser poco frecuentes las
imágenes de materia gris lesionada, realizadas con resonancia magnética.
Con relación a las lesiones en la materia blanca, las áreas de las que
se obtienen imágenes contienen radiaciones cortico-espinal (pedúnculo
cerebral, centro semioval) y talamo-cortical que han estado implicadas
en la propagación centrífuga del virus de la polio.
Las lesiones a
lo largo de los tractos fibrosos pueden ser el resultado de la reacción
de los tejidos aparte de las neuronas grises (to the passage) del virus
de la polio, o la entrada del virus en tejidos susceptibles. Por
ejemplo, infiltraciones linfocíticas siguiendo a una infección aguda de
polio, dícese que 'a veces alcanza proporciones masivas' y que 'está
presente en el tejido durante dos o tres semanas, pero persiste como
acumulaciones perivasculares hasta el segundo mes'.
Bodian
sugirió que la combinación de 'una reacción severa al virus y al
desconcierto circulatorio local' puede ser responsable del daño del
tejido observado aparte de las neuronas grises siguiendo a la infección
de polio, tal como se piensa que causa daño: ....frecuentemente descrito
en otras encefalitis virales.
También es concebible que en
pequeñas áreas una inusualmente alta concentración de virus pueda
producir un efecto tóxico aparte del efecto patológico ordinario sobre
las células nerviosas (grises). Tales efectos tóxicos del virus de la
gripe han sido descritos. Así pues, el daños causados por la 'bofetada,
esposamiento, atadura' de los vasos sanguíneos por los linfocitos, la
isquemia local y el efecto tóxico en el tejido por el virus de la polio,
pueden combinarse para producir las lesiones en la materia blanca que
aparece en las resonancias magnéticas. Sin embargo, sólo la correlación
de la histología post-mortem con los hallazgos de las resonancias
magnéticas definirán la naturaleza de estas lesiones.
La
evidencia histologica y de las resonancias magnéticas indican que el
virus de la polio dañó y destruyó las neuronas en los territorios del
sistema nervioso central (CNS), más allá del (anterior horn). Estos
hallazgos permiten formular hipótesis sobre la etiología del Síndrome
Post-polio, especialmente aquellos síntomas que no pueden ser explicados
por el daño poliomielítico a la unidad motora, tales como la fatiga y
el dolor. Además, las lesiones cerebrales polioencefalíticas pueden
ayudar a explicar el informe de los síntomas SPP del 28 % de los más de
820.000 supervivientes de la polio no paralítica.
POLIOENCEFALITIS Y FATIGA POST-POLIO.
Una fatiga inusual es lo más comúnmente denunciado, lo más debilitante,
lo menos estudiado y lo más pobremente comprendido del SPP (Síndrome
Post-polio). En 1985 el National Survey, de 676 supervivientes de la
polio, el 91 % informó de una nueva fatiga o de una fatiga en aumento.
La fatiga también se presentó como lo más debilitante del Síndrome
Post-polio, interfiriendo significativamente las actividades sociales en
el 13 % de los encuestados, necesitando asistencia en el 25 % y con
dificultades para completar o desarrollar su trabajo en el 41 %. En la
(National Survey = Encuesta Nacional) de 1990, de 373 supervivientes de
polio documentó que el 12 % de los encuestados que informaron de nueva
fatiga sin una nueva debilidad muscular no trabajaban o estaban
incapacitados, comparados con sólo el 2 % de los que informaron de una
nueva debilidad muscular sin nueva fatiga.
ETIOLOGÍA DEL SPP.
El primer estudio de la etiología de la fatiga PPS fue llevado a cabo
por Owen y Jones. Ellos evaluaron el condicionamento cardiopulmonar en
los sujetos con post-polio y encontraron un 'nivel de capacidad cardiaca
comparable a aquellos pacientes después de un reciente infarto de
miocardio'.
Concluyeron que la fatiga post-polio puede estar
relacionada con un desacondicionamiento cardiopulmonar puesto que es
'bastante similar a la (fatiga) observada en individuos (deconditioned)
con síndrome de dolor crónico'. Los sujetos de este estudio eran
significativamente diferentes de los pacientes de post-polio con fatiga
tratados por este servicio, muchos de los cuales informan una fatiga
severa y maligna y no sólo 'problemas moderados con la fatiga y el
esfuerzo'. Donde los sujetos de Owen y Jones informaron de fatiga tras
'5 ó 7 minutos de ejercicio', nuestros pacientes no pueden ejercitarse
durante un minuto sin experimentar fatiga. Además, la fatiga post-polio
es más que el 'cansancio' físico y la falta de aliento de que informan
nuestros pacientes con dolor crónico. Como una superviviente de la polio
describió su fatiga, 'Me siento muy soñolienta, como si estuviera
drogada. Cuando tengo cosas que hacer me pongo muy nerviosa y estresada y
entonces no puedo organizar mi mente para hacer el trabajo. Incluso
cuando duermo diez horas nunca me siento descansada. Mi cerebro está
siempre fatigado'.
Los encuestados en el National Post-Polio
Survey de 1990 que informaron de una nueva fatiga también descrita como
'cansancio mental', informaron de dificultad en la concentración (96 %),
memoria (85 %), atención (82 %), encontrar palabras (80 %), mantenerse
despierto (71 %), y pensar con claridad (70 %). El setenta y siete por
ciento de los encuestados informaron de una dificultad, de moderada a
severa, con estas funciones cognoscitivas.
LA FATIGA POSTPOLIO Y EL SISTEMA DE ACTIVIDAD O ACTIVACION RETICULAR (RAS).
Estos datos sugieren que la fatiga post-polio está menos relacionada
con el desacondicionamiento físico y más con un impairment en la
habilidad del cerebro para activarse a sí mismo. Esta sugerencia no
debería sorprender dado la localización y gravedad de las lesiones
polioencefálicas en la formación reticular, hipotálamo posterior y
tálamo, del Sistema de Actividad Reticular (RAS) del cerebro. La
formación reticular es como una red organizada por las neuronas (stem)
del cerebro que reciben información de todos los sistemas sensoriales.
Los estímulos sensoriales entran en la formación reticular y activan el
tálamo vía hipotálamo posterior, causando una desincronización de las
neuronas corticales y 'alertando' al córtex para que comience a procesar
la información sensorial que va llegando. Se cree que las neuronas en
el 'locus ceruleus' y la 'substantia nigra' estimulan el RAS y promueven
el despertar cortical mediante la respectiva liberación de
norepinefrina y dopamina. Se sabe desde hace tiempo que un daño grave en
los centros del RAS pueden impedir el despertar cortical y causar, por
ello, un coma irreversible.
Hay informes de que el daño
polioencefalítico al RAS seguido a una infección de polio es causa de un
coma, pero también fue asociado a síntomas menos graves tales como
'desorientación', 'aletargamiento' y 'prolongada somnolencia'. Meyer
notó que 'un alto porcentaje de niños clínicamente recuperados de la
poliomielitis en lo que se refiere a su discapacidad motora, revelan
dificultades cualitativas en funciones mentales (tales como)
fatigabilidad y atención efímera' durante meses tras la infección aguda
de la polio. Ella constató que estos síntomas eran 'particularmente
evidentes' cuando había una aguda 'encefalitis involucrada' y estaban
presentes 'en algún grado (donde) los historiales médicos notan
somnolencia, dolores de cabeza graves, y, en algunos casos, sólo nausea
al principio'.
Estas observaciones clínicas sugieren que las
lesiones polioencefalíticas deterioraban la posibilidad del RAS para
mantener en estado de vigilancia, activar el córtex y despertar el
cerebro para procesar con efectividad la información con agudeza durante
meses después de la infección aguda de polio. Hipotéticamente la fatiga
SPP se caracteriza por deterioro en el despertar, atención, cognición y
memoria, (también es el resultado de lesiones polioencefálicas en el
RAS y en los centros (brain-stem) asociados deteriorando el mecanismo
del despertar cortical. La aparición de la fatiga PPS después de treinta
o más años de la infección aguda de polio puede ser como resultado de
los cambios relacionados con la edad por la posible muerte de neuronas
que habían sido dañadas por la infección aguda del virus de la polio,
pero que habían sobrevivido.
Machado-Salas, describió las
neuronas de formación reticular en ratones viejos como habiendo
deformado los cuerpos celulares y una marcada pérdida de (dendritic
shafts = conductos, cañas dendríticas) anormalidades que los autores
declaran parecerse a los cambios degenerativos en el envejecimiento del
córtex humano.
Mann, documentó la pérdida del número de neuronas
locus ceruleus en los humanos, relacionada con el envejecimiento,
empezando en torno a los 35 años de edad.
McGeer, documentó la
pérdida relacionada con el envejecimiento, de las neuronas substantia
nigra en el cerebro humano, con una pérdida promedio del 33 % de
neuronas (nigral) en torno a la edad de 50. La pérdida relacionada con
la edad de neuronas substantia nigra, en combinación con una ya
disminuida cantidad de neuronas, se piensa que es la responsable por la
aparición de la Enfermedad de Parkinson en la vida media, otro supuesto
desorden postencefalítico (o postencefálico).
La degeneración de
las neuronas de formación reticular relacionadas con la edad y el
desgaste de las neuronas de locus ceruleus y substantia nigra, en
combinación con un ya disminuido número de neuronas en estas áreas como
resultado de la infección original de la polio, se supone que deterioran
el RAS lo suficiente como para disminuir la activación (o actividad)
cortical y producir síntomas de fatiga SPP según los supervivientes de
la polio alcanzan la vida media.
ESTRÉS Y FATIGA POSTPOLIO
Cualquier hipótesis sobre la patofisiología del SPP debe explicar el
hallazgo de que el estrés emocional fue declarado como la segunda causa
principal del SPP. El sesenta y uno por ciento de los encuestados en el
1986 National Survey declararon que el estrés emocional causaba fatiga.
Significativamente, en el 1990 National Survey, muchos de los
encuestados que dijeron tener una fatiga nueva también informaron de
síntomas de ansiedad.
Además, los encuestados que declararon
fatiga tenían un significativamente elevado Tipo A y Sensibilidad a los
patrones de la Crítica y al Fallo en el Reinforcement Motivation Survey
(RMS), comparados con los que no padecen fatiga. Es más, la gravedad de
la fatiga tenía una correlación significativa con los síntomas de
ansiedad, los dos patrones RMS y los reportes de los encuestados de que
el estrés emocional aumentaba los síntomas del SPP.
Se halló que
el estrés emocional induce síntomas similares a aquellos asociados con
la fatiga SPP en individuos no discapacitados. Un (stressor) emocional
('tratando con pacientes enfermos con dificultades y sin esperanza') fue
denunciado como la causa más frecuente de fatiga en una encuesta
realizada a 1801 enfermeras. Empíricamente, los sujetos que describieron
una tarea de vigilancia continua como estresante informaron de una
habilidad deteriorada para mantener la atención, disminución de la
energía, aumento de la fatiga y síntomas de somnolencia que eran
correlativos con la (release = liberación, excreción, descarga, salida)
de glucocorticoides.
Se cree que los glucocorticoides son el
vínculo químico entre el estrés emocional y los síntomas de fatiga. Se
ha demostrado que la administración de altas dosis de glucocorticoides
en los humanos produce una disminución de la atención, de la
concentración y de la rapidez mental. Niveles elevados de plasma
glucocorticoidal han sido asociados con el incremento de los umbrales de
detección de señales mientras estaban elevados, pero incluso niveles de
plasma fisiológico de cortisol se han asociado con una activación
cortical reducida y disminución de la sensibilidad a estímulos
cambiantes.
Se cree que los glucocorticoides producen estos
efectos generalmente mediante la inhibición de la actividad neuronal en
el cerebro y por deteriorar específicamente la habilidad del RAS para
enfocar la atención mediante la activación de los receptores
glucocorticoidales en las neuronas del RAS.
Los receptores
clucocorticoidales han sido demostrados, en animales, en las neuronas de
la formación reticular, talámica , locus ceruleus y substantia nigra.
Se ha mostrado en animales que los glucocorticoides disminuyen
específicamente (the firing rate = índice de carga, combustión) de las
neuronas de formación reticular y disminuyen la utilización de la
glucosa en las neuronas locus ceruleus en, al menos, un 25 %.
Se
cree que los glucocorticoides interfieren, generalmente, con (neuronal
glucose uptake = compresión, combustión), inhiben la síntesis de las
proteínas y agotan las reservas neuronales de energía. Las neuronas que
sobrevivieron a la infección original del virus de la polio serían
específicamente susceptibles a la (disruption = interrupción, trastorno,
desorganización) de su metabolismo porque el daño producido por el
virus de la polio al aparato metabólico (endoplasmic reticulum,
Golginet), alteraciones en el metabolismo oxidativo y en la síntesis de
las proteinas y el deterioro del transporte axonal de factores tróficos
en las neuronas dañadas por la polio.
Por tanto, la hipótesis es
que el efecto antimetabólico de los glucocorticoides secretado durante
el estrés inhibe (the firing = la carga, combustión) de las neuronas
reticulares degeneradas remanentes, y de las neuronas locus ceruleus y
substantia nigra remanentes. Esta disminución en el (neuronal firing)
inhibe la habilidad del RAS para activar el córtex, y por tanto dispara o
exacerba los síntomas de la fatiga PPS.
Puesto que el
comportamiento Tipo A ha sido asociado con una respuesta endocrina
hiperactiva y de lenta recuperación al estrés, los elevados (scores =
muescas, estrías, arañazos, señales, ¿síntomas?) del Tipo A en
supervivientes a la polio que informaron de fatiga PPS, sugieren que
pueden producir una respuesta glucocorticoidea acentuada y prolongada al
estrés.
Tal respuesta amplificaría y prolongaría la acción
antimetabólica de los glucocorticoides sobre las neuronas del sistema
nervioso central (CNS) y podría explicar los informes de los pacientes
de que la fatiga SPP, con frecuencia, dura varios días después de que
una situación estresante haya finalizado.
ESTRÉS Y FATIGA MUSCULAR POSTPOLIO
La hipotética relación entre el estrés, los glucocorticoides y el PPS
puede también ayudar a explicar el informe de la debilidad muscular
inducida por el estrés en un 55 % de los encuestados por el 1985
National Survey.
El estrés en los animales ha mostrado que
acelera el comienzo de la fatiga muscular y el aumento en la disminución
, relacionada con la edad, del número de (terminal axon branches =
¿ramas de terminaciones axonales?). De nuevo los glucocorticoides pueden
ser los mediadores de estos deterioros inducidos por el estrés. Los
receptores ¿glucocorticoides? han sido demostrados en animales en las
neuronas motoras espinales y han sido asociados niveles elevados de
glucocorticoide con la inhibición del rebrote axonal en las neuronas
motoras de animales viejos con (experimental motor nerve denervation =
denervación experimental de los nervios motores).
Estos efectos
pueden ser el resultado de la inhibición inducida por glucocorticoides,
de la utilización de la glucosa y del deterioro del metabolismo
neuronal. Bodian sugirió que las neuronas motoras post-polio 'pueden ser
vulnerables de por vida a factores metabólicos tales como cambios de la
senectud' por cuanto su aparato metabólico fue alterado por el virus de
la polio y porque los axones de las neuronas motoras supervivientes
dañadas han producido rebrotes extensos.
Wiechers sugiere que la
debilidad muscular PPS cuando estas neuronas motoras 'metabólicamente
vulnerables' fallan en su función, pierden rebrotes axonales e incluso
mueren porque no son capaces de mantener el paso con las demandas
metabólicas de inervar todas sus fibras musculares. La debilidad
muscular inducida por el estrés puede ser el resultado de (from
glucocorticoids further impairing metabolism = un ulterior deterioro del
metabolismo por los glucocorticoides) e impidiendo a las neuronas ya
comprometidas de activar sus excesivamente rebrotadas (¿agigantadas?)
pero progresivamente decrecientes territorios de las unidades motoras.
POLIOENCEFALITIS Y DOLOR
Anteriormente se mencionó que se descubrió por Barnhart, y Bodian que
las neuronas en (the periaquiductal gray) habían sido dañadas por el
virus de la polio. También se halló, por estos investigadores, que las
neuronas en la substantia gelatinosa (lamina II del posterior horn) de
la medula espinal habían sido dañadas tras la infección de la polio.
Tanto las neuronas (periaquiductal gray) como la substantia gelatinosa
producen la (opioid peptide enkephalin).
La destrucción o daño de
estas neuronas por el virus de la polio puede explicar el hallazgo de
que los sujetos con polio eran aproximadamente dos veces más sensibles
al dolor inducido experimentalmente, de lo que lo eran los controles en
los no discapacitados. Es una hipótesis que la mayor sensibilidad al
dolor de los supervivientes de la polio puede ser el resultado de la
baja producción de encefalinas a causa de un reducido número de neuronas
(enkephalinergic) en la médula espinal y en el cerebro. El aumento de
sensibilidad al dolor es informado clínicamente por los supervivientes
de la polio y debe ser reconocido por los clínicos al administrar
terapias dolorosas (e.g., estiramientos) y al tratar dolores agudos.
Un número de pacientes han denunciado que no se les cree cuando
describen su alta sensibilidad al dolor, siéndoles negada una medicación
adecuada para el dolor agudo (e.g., postoperatorio, y postraumático).
CONCLUSIÓN.
La habilidad del virus de la polio para producir síntomas por la
destrucción de neuronas fuera del (anterior horn) ha sido aceptada
durante más de 100 años. Sólo nuestra reciente experiencia con el SPP
nos ha forzado a reconocer que las personas que han sobrevivido al
ataque viral original y sus sistemas nerviosos centrales, han estado
trabajando durante décadas bajo un extremo estrés.
Este estrés
puede estar ahora combinado con el envejecimiento de un sistema nervioso
central extensamente dañado, pero notablemente funcional hasta ahora,
para revelar los previamente escondidos síntomas de la polioencefalitis.
Las hipótesis expuestas anteriormente con relación a la etiología de la
fatiga SPP sugieren que la reducción del estrés tanto emocional como
físico, reducirá el SPP.
Esta es la experiencia de los
dispensarios post-polio de todo el mundo. Al seguir siendo tratada la
fatiga SPP con consejos sobre el estrés, simplificación del trabajo y
conservación de la energía, las hipótesis están siendo probadas por el
estudio de la neuroanatomía, neuroendocrinología y neurofisiología de la
fatiga SPP. Además, se están probando medios farmacológicos para
estimular el RAS que no estresen metabólicamente las neuronas
envejecidas dañadas por la polio que aún quedan.
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