viernes, 17 de enero de 2020

Cada día una odisea . . .



Esta mañana tenía consulta en Cruces.
Llego en metro a Cruces el ascensor exterior del metro no funciona. Toco el timbre y una chica muy amable me dice que tengo que subir por las escaleras ( jajaja, ya me gustaría) la digo que estoy en silla de ruedas , me contesta que vuelva a montar en el metro, me baje en Ansío y me coja un autobús. Vuelvo a montarme en el metro y me bajo en Ansío. La altura entre el vagón y el andén es más alto de lo normal. Muy despacio y con ayuda he podido bajar del metro eso sí la silla se ha llevado un buen golpetazo al bajar.
Llego a la parada del bus, llega el autobús y la rampa automática no funciona, el chófer me dice que tranquila que la saca manualmente, lo hace y cuando empiezo a subir la rampa se dobla, que más me iba a pasar hoy????.
En el siguiente autobús me he podido subir y he llegado con hora y media de retraso a la consulta.
De la rabia , de la impotencia , de lo inútil que me he sentido me he puesto a llorar .

Me gustaría que las personas responsables de los transportes públicos se suban un día en una silla de ruedas y hagan un recorrido por sus líneas, cambiarían mucho las cosas.
A ninguno de ellos les importa cómo me he sentido yo, que he llegado tarde a la consulta ni si la silla se ha roto con el golpe

 
Isabel Calvo

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