"Mientras yo no pueda utilizar el metro al mismo nivel que el resto de ciudadanos no siento que esté teniendo los mismos derechos", señala Josean, usuario del metro que viaja en silla de ruedas
Josean bajando de estación en silla de ruedas
Alberto Ahumada es de Cantabria, pero ha pasado los últimos cuatro años estudiando en Euskadi. A raíz de una paraplejia causada por una inflamación de médula que tuvo a los 19 años, utiliza una silla de ruedas para moverse, aunque “puede mover un poco y siente las piernas”, según indica. Al igual que Josean, Alberto se mueve por la ciudad en metro. Su parada habitual era Aiboa, en Getxo, entre Neguri y Algorta.
La estación de Aiboa saltó a las noticias en 2019 cuando una pasajera que también iba en silla de ruedas perdió el control al bajar del tren y cayó a las vías de enfrente. Para no quedarse trabada entre el hueco del vagón y del andén, la mujer salió con demasiada potencia y al tener tan poco margen de maniobra, cayó en las vías en el mismo momento en el que el otro tren llegaba a la estación. Al ver la escena, otra pasajera que estaba en el andén saltó a las vías y ayudó a la mujer en silla de ruedas a esconderse en el hueco entre la vía y el andén, de tal manera que el metro pasase a su lado y no las arrollase.
A partir de entonces, en esa parada han colocado una barrera metálica que hace que las personas en silla de ruedas frenen y no se caigan a la otra vía. Para avisar de ello, en la página web de Metro Bilbao, al clicar en Aiboa, aparece una nota a modo de consejo en el apartado de ‘accesibilidad’: “Al subir al tren en otra estación con destino Aiboa, viviendo de Bilbao utilice el último coche”. Esto es así porque, de utilizar el primero, el margen que tienen las personas en silla de ruedas para salir sin peligro a caer en la vía de enfrente es menor.
Alberto nunca ha tenido problemas en la estación de Aiboa y admite, en conversación por videollamada con este periódico, tener muy buena relación con el vigilante, a quien acudía cuando tenía algún problema. “Empezar a usar el transporte público con silla de ruedas es como todo. Tienes que acostumbrarte a muchas cosas nuevas y una de esas cosas es el metro”. Para él, el metro de Bilbao “está bien, pero tiene cosas que mejorar”. Coincidiendo con las demandas de Feekor, uno de los cambios que haría Alberto sería “en las paradas que dejan escalón”. Se refiere al hueco que hay entre el vagón y el andén, que en ocasiones es demasiado amplio, como ocurre en la parada de Astrabudua, donde avisan de la separación por megafonía cada vez que para un tren. En otras ocasiones este hueco no es solo amplio, sino que viene acompañado por una diferencia de altura. El vagón del metro queda unos centímetros por encima del andén, lo que dificulta la salida a las personas con silla de ruedas. “En mi parada (Aiboa), tenía que coger el último porque si cogía el primero me dejaba en una zona donde la distancia era demasiado grande. Una de las primeras veces me quedé atascado y me tuvieron que ayudar y, a raíz de eso, aprendí a coger siempre el último vagón si me iba a bajar en Aiboa”, recuerda Alberto.
Entre los cambios que propone Alberto, también está el de ampliar las zonas o vagones con espacios para personas con silla de ruedas o movilidad reducida. Actualmente, en el interior de cada tren hay una zona reservada para una única silla de ruedas en el primer vagón y en el último, y está señalizada en el suelo y en la ventana. Además cuenta con un cinturón de seguridad (que para Josean “no sirve” porque muy pocos pueden atárselo sin ayuda) y un pulsador rojo para avisar al conductor en caso de querer salir. “Si hay mucha gente, aunque suele ser respetuosa, es más complicado porque solo hay dos sitios en cada metro. Yo no tengo problema en sentarme en otro lugar que no sea ese, me muevo bien, tengo equilibrio y con los movimientos del vagón no me caigo. Me puedo agarrar a cualquier sitio, pero hay personas que no. Si hubiese más zonas para sillas podríamos ir en un vagón normal”, argumenta Alberto.
Otra de las reivindicaciones de las personas con movilidad reducida es que no basta con avisar por megafonía una vez estás dentro del tren de que hay demasiado espacio entre coche y andén en una parada concreta, ni avisar en las pantallas de que un ascensor no funciona, porque cuando esto ocurre se dan cuenta de que no pueden utilizar el servicio una vez ya están allí. “Sería mejor que lo avisasen en la app o en la página web porque las personas como yo planeamos el viaje con antelación, no puedes improvisar porque si un ascensor está roto no puedes viajar, no hay manera y es un rollo llegar y darte cuenta una vez dentro. Si necesitas llegar a un sitio a una hora tienes que planificarlo por eso necesitas la información a tiempo real”, asegura Josean.
Desde Metro Bilbao confirman a elDiario.es/Euskadi que han elaborado un pliego de condiciones para un proyecto que busca reducir la separación Tren-Andén en las puertas de acceso a los trenes en las estaciones de las Líneas 1 y 2 de Metro Bilbao. "Estamos trabajando en un proyecto piloto para resolver ese problema", aseguran a este periódico. Además, indican que recientemente han implantado mejoras en la accesibilidad de las máquinas expendedoras y canceladoras en colaboración con la ONCE y Gorabide.
No hay comentarios:
Publicar un comentario