Estamos en un periodo, en el que los "andantes" aprecian como de
transición en lo que a materia de accesibilidad se refiere; otra cosa es
como lo vemos los replicantes rodantes (Replicantes: que replican por
todo, gruñones. Nada que ver con los androides de Blade Runner ¿O si?)
Hoy me ceñiré a una de las complementos inherentes al transporte, el
pago.
Hay nuevas flotas de autobuses y "más o menos" se
adaptan a los nuevos tiempos (tienen aire acondicionado, WiFi, etc.),
tanto que algunos hasta son medio accesibles, o por lo menos se puede
subir. El que tenga la suerte de ser usuario de este medio sabrá que
suelen disponer de la rampa justo en la panza o mitad del vehículo y el
validador de la tarjeta de pago justo al lado del conductor o entrada
del mismo. Así mismo el pasillo desde la mitad al principio suele ser
angosto e impracticable para sillas de ruedas por lo que para pasar la
tarjeta entramos en conflicto: O vienes acompañado o tienes que pedir el
favor a algún amable pasajero. En mi empecinamiento de ser autónomo e
independiente ¡Que cosas pido! no entiendo como al hacer estos
artefactos no se vinculan conceptos de acceso-pago-autosuficiente.
Mi
aportación o sugerencia sería la siguiente: O hacen el pasillo un poco
más ancho o la maquina validadora se pone a mano del usuario. En los
nuevos, por lo menos lo que yo he visto, se pone la validadora al
comienzo y otra al final antes de salir para hacer el pago según
trayecto , o sea, para bajar ¿No podría ser esta de bajada, o subida
para sillas, bidireccional para estos casos? Este modelo se utiliza en
el metro y funciona sin problemas y con miles de personas al día
No
siempre el conductor suele ser amable y entiendo que no puede dejar su
puesto de trabajo para hacer servicios que no le corresponden, es mas
fácil que cada uno vaya a los suyo y allá cada cual con su carácter ¿no?
Andoni Moreno
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