Construyen un acceso a un edificio para personas con movilidad reducida que tapona la entrada a los vecinos del inmueble contiguo
La rampa de la discordia pasa a escasos centímetros de la entrada de otro edificio. /
DM
Esta información podría estar vacía de palabras, porque la foto
chirría a tal volumen que no necesita ni pie. Se ve una rampa enorme, de
estética dudosa, que se intuye que se ha construido porque hay gente
que la necesita para entrar en su casa. Pero a la izquierda se ve un
triste portero automático, que pertenece al edificio contiguo cuyo
portal ha quedado parapetado tras la estupenda mole de hormigón en
pendiente que favorece la accesibilidad de personas con movilidad
reducida... al de al lado. Paradojas del urbanismo, el derecho a la accesibilidad de unos ha cortado el simple acceso de los otros.
Esto es lo que hay sin hurgar más allá. Los vecinos perjudicados se han puesto en contacto con este periódico para denunciar "la vergüenza de una inquina", que así califican la obra que emprendieron sus compañeros de patio. Aunque la utilidad de ese elemento se presuponía que era mejorar la accesibilidad, los residentes del otro edificio dicen que a medida que avanzaba la obra "resultaba más evidente" que lo que querían era "perjudicar" a la comunidad colindante.
Hay que tener en cuenta que las licencias de obra se conceden "sin perjuicio de terceros y salvo derecho de propiedad", explican desde el Consistorio de Santander. Esto es, que el permiso lo que verifica es que se cumplen los criterios urbanísticos sin entrar en otras cuestiones. Y en este caso concreto, los técnicos municipales consideraron que tal rampa está bien hecha si se observan los criterios de accesibilidad y, además, contaba ya con el respaldo de un proyecto firmado por los expertos del ICASS.
Es que además la rampa se erige sobre un patio interior que es privado, y así consta en el catastro, que pertenece al edificio que la ha solicitado (pongamos casa A). Años después, se construyó el otro inmueble (casa B), que, a saber por qué, tiene uno de los accesos -porque existe otra puerta- por ese patio primigenio.
La argamasa de la mole en cuesta oculta por tanto unas discrepancias entre dos comunidades de vecinos, la pionera y la novata. El patio es mío y yo pago el mantenimiento, pero yo tengo una puerta ahí... A que te planto una rampa.
La rampa, desde otra perspectiva. /
DM
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