La poliomielitis, una de las enfermedades que más afectó a nuestra sociedad y que se daba por olvidada, regresa con complicaciones inesperadas para aquellos que la sufrieron. La postpolio es muy invalidante y requiere la atención de todos.
La polio dejó un recuerdo duro y difícil al que varias generaciones de españoles se han tenido que enfrentar. Los afectados se vieron sometidos a difíciles operaciones quirúrgicas y largas rehabilitaciones.
Cuando ya era una carga del pasado a la que han tenido que sobreponerse, mucho de ellos ya abuelos, les ha reaparecido en forma de rebrote. La postpolio les afecta física y también psicológicamente, al reencontrarse con una pesadilla que pensaban haber dejado atrás.
¿EN QUÉ CONSISTE?
La polio fue la enfermedad que todos los padres temían.
Afectaba a niños de toda condición social hasta que a principios de los
sesenta se extendió la vacuna. Y en la década de los setenta ya casi no
había casos.
Era una enfermedad infecciosa que afectaba a los niños que les hacía perder fuerza en las extremidades (en los casos más graves obligaba al uso de respirador de por vida o incluso provocaba la muerte).
Ahora solamente se habla de ella en países como Afganistán o Níger. “Lo que no se sabía es que al cabo de cincuenta años volverían a aparecer síntomas: cansancio, pérdida de fuerza sin una explicación aparente”, explica el doctor Enric Portell, especialista en medicina física y rehabilitación del Instituto Guttmann.
No afecta a todos, pero sí a un 60 o 70% de los que sufrieron la polio y con los años puede ir aumentando este porcentaje.
Los médicos muchas veces desconocen esta enfermedad puesto que hasta hace pocos años prácticamente no se había diagnosticado y el número de afectados, sobre el total de la población, es pequeño
VIVIR CON LA POSTPOLIO
“Es un lento deterioramiento funcional que no se sabe cuándo se detiene”, explica el doctor Enric Portell.Durante la polio lo que le ocurría al afectado es que iba perdiendo la capacidad de parte de las nueronas motoras, es decir las que nos permiten decir a nuestro cuerpo cómo movernos. En la pospolio se reactiva esta degeneración de las motoneuronas
- Personas que en un momento dado tuvieron que ir con muletas, llegados a los cincuenta años, pueden ver que van a volver a usarlas. El que ya usaba muletas ahora necesita aparatos ortopédicos, y los casos más serios ya van en silla de ruedas.
¿POR QUÉ NO SE DETECTA?
“El médico, que no es consciente de que existe la postpolio, interpreta los síntomas con los que viene el paciente como una complicación natural de alguien que ha sufrido la polio”, dice la doctora Mónica Povedano, jefa de neurofisiología en el Hospital de Bellvitge.La doctora Povedano es una de las ponentes de la jornada que en este hospital barcelonés se ha organizado el 23 de octubre, coincidiendo con el Día Mundial de la Polio, precisamente con el objetivo de informar sobre esta realidad entre los facultativos y pacientes
- Los pacientes con polio pueden seguir teniendo problemas toda su vida derivados de las deformidades de las articulaciones y los huesosos que les ha provocado la enfermedad. Estos problemas pueden ser, entre otros, dolor, discapacidad, desviación de la columna, que puede dar lugar a insuficiencia respiratoria por problemas de caja torácica.
Sin embargo, no siempre los síntomas pueden ser tan claros.
"Debe tenerse en cuenta que aunque es una enfermedad que se puede expresar con síntomas en una extremidad, con cojera o pérdida de función de un brazo, en realidad afecta la infeccióna a todas las neuronas motoras", añade la doctora Povedano
El tratamiento
En el tratamiento de estos pacientes será clave el control por parte del neurologo, también por el equipo de rehabilitacíón y por el equipo de neumología, que valorará la capacidad respiratoria del paciente.- Se ha de diagnosticar bien. Individualizar cada caso, cada paciente y hacer un seguimiento exaustivo.
- Una de las primeras acciones, puesto que aún no hay ningún tipo de tratamiento específico para la postpolio, es el conocimiento.
- El primer enemigo es la ignorancia, que los facultativos no sepan que existe, y de ahí la importancia de jornadas divulgativas como la del hospital de Bellvitge.
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